Manuel Cubías – Ciudad del Vaticano
Monseñor Álvaro Ramazzini Imeri nació el 16 de julio de 1947 en la ciudad de Guatemala, y fue ordenado sacerdote el 27 de junio de 1971. Es doctor en Derecho, graduado en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma y ha dirigido el Seminario Mayor de Guatemala.
Durante 23 años dirigió la diócesis de San Marcos (1988 – 2012), hasta que el papa Benedicto XVI lo nombró obispo de la diócesis de Huehuetenango, que dirige desde el 14 de mayo del 2012.
Como obispo ha mostrado una postura clara contra aquello que produce la pobreza, también es fiel defensor de la naturaleza y tiene un enorme interés y compromiso con los migrantes. Esto le ha costado fuertes críticas en diversos círculos.
Ramazzini también ha sido un decidido promotor del diálogo como salida a los problemas sociales, por ejemplo, su papel de mediador en el conflicto minero en San Mateo Ixtatán en Huhuetenango. También ha fomentado la lucha contra las injusticias a través del empoderamiento ciudadano.
En 2005 Ramazzini recibió el Premio Konrad Lorenz. Ese mismo año testificó ante el Subcomité de Relaciones Internacionales del Hemisferio Occidental de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos. Fue elegido Presidente de la Conferencia Episcopal de Guatemala en 2006. En 2011 recibió el Premio Pacem in Terris de la Paz y la Libertad, en honor a su trabajo por la justicia social.
¿Cómo se enteró del nombramiento?
Monseñor Ramazzini se enteró de madrugada. A las cinco de la mañana recibió la primera llamada, y luego la segunda. Después de varias llamadas, cuenta él, recibió la llamada del Nuncio en Guatemala. quien confirmó el nombramiento, citando las palabras pronunciadas por el Papa Francisco durante el Ángelus del domingo 1 de septiembre.
El obispo de Huhuetenango preguntó ¿si era oficial?
La respuesta del Nuncio fue: -Sí. Me dijo: -porque el papa lo dijo. Ahora el papa puede decir me equivoqué. Si el papa me dice me equivoqué, allí termina el asunto.
¿Qué es un cardenal?
Monseñor Ramazzini subrayó dos elementos clave que identifican la misión del cardenal: Primero, es una responsabilidad de servicio, no un puesto a escalar: “Cuando se piensa en cardenal se piensa en alguien que sube un puesto. No. Pero cuidado con eso, porque en la iglesia no se trata de subir un puesto, porque Jesús dice que los primeros sean los últimos y el papa lo ha demostrado Y este papa lo ha demostrado. No se trata de que ahora yo me siento superior, porque soy cardenal”.
Un cardenal ayuda al Papa
En segundo lugar, prosiguió Ramazzini: “Un cardenal es un obispo que tiene la posibilidad en el próximo conclave, que espero que tarde mucho el tiempo para que el Papa Francisco siga viviendo muchos años más, tiene el privilegio de elegir al papa, primera cosa. Segunda cosa, el cardenal es un asesor directo del papa. Entonces, cuando el papa nombra cardenal a alguien lo pone miembro de alguna de las oficinas del vaticano para que lo ayuden a tomar decisiones.
Privilegios económicos
El Obispo insistió que el hecho de ser nombrado cardenal no significa salario u otros privilegios: “Ustedes me dan bastante para vivir. La riqueza mía hermanos y hermanas son ustedes. Esa es mi riqueza, no necesito más. Con tener un lugar donde dormir, con tener un lugar donde comer, estar en un lugar donde lo necesario no me falte, porque no voy a andar todo roto y todo sucio”.
Ser cardenal no significa dejar a su pueblo
Álvaro Ramazzini afirmó, que del Papa Francisco le gusta que “Está tratando de enseñar que no son los honores lo que tenemos que buscar en la iglesia, sino que el honor más grande es servirlo a ustedes. Ese es el honor más grande. ¡Que no es fácil, no es fácil!
Ser sacerdote, ser obispo, significa hacer una opción
Ramazzini insistió en que ser sacerdote o ser obispos significa: “Hacer una opción, y en el caso del obispo con mayor fuerza, una opción por la justicia, por la verdad, la libertad y por la solidaridad y si no estás dispuesto a eso sacerdote, si no estás dispuesto a eso obispo, allí si, como decía el cantante: toma tus maletas y ándate donde puedas ser feliz. Recen por mí, que yo sea un pastor fiel que no los traicione a ustedes, que no traicione a los hermanos sacerdotes, que no traicione a las personas vida consagrada. Que caminemos juntos.
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