En su reciente columna titulada “Niños invocadores del demonio”, publicada en el diario mexicano ContraRéplica, el P. Valdemar recordó las advertencias de la Asociación Internacional de Exorcistas sobre el texto, escrito por Aaron Leighton y dirigido a niños de entre 5 y 10 años.
Los exorcistas advirtieron que el libro está dirigido a “un público particularmente indefenso y condicionable”, al que buscan presentar “el satanismo como una alternativa normal entre otros cultos”.
“Se llega incluso a afirmar que el culto al demonio se limita a celebrarlo y que quien lo practica no comete ningún crimen ni hace nada de malo”, criticaron los exorcistas.
Para el P. Valdemar, “en México los padres de familia deben estar atentos de esta publicación si no quieren que sus hijos se pierdan humana y espiritualmente en el culto al demonio”.
El sacerdote mexicano subrayó que “con el diablo no se juega. Quien invita a un niño a evocar a los demonios es como una persona que coloca en sus manos una granada, para que juegue con ella”.
“Tarde o temprano el pequeño jalará el seguro y le explotará entre las manos, exponer a los niños a una perversidad semejante los está induciendo a perder su identidad, su personalidad y a ser destruidos moral, psicológica y espiritualmente”, advirtió.
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