A través de un videomensaje emitido el 3 de julio, el rector de la Catedral alentó a los fieles a orar con fe al milagroso Cristo y hacerlo peregrinar por las calles y barrios en forma virtual para que “Jesús nos salve, para que Jesús nos ayude”.
El P. Russo alentó a que la “peregrinación sea real y Jesús llegue con esta imagen del Santo Cristo de Buenos Aires” a tocar “el piso de cada casa y así queden protegidos ante esta presencia del coronavirus”.
El Santo Cristo de Buenos Aires se encuentra en la iglesia desde 1671, cuando milagrosamente detuvo una inundación que “iba a destruir aquella incipiente aldea de Buenos Aires”, explicó el P. Russo.
Además, “este Cristo conoce la oración de todos los primeros mandatarios de la República Argentina que se presentan en la catedral en el día de la fiesta patria”, costumbre que comenzó en 1810, “cuando los próceres de la Primera Junta de Mayo se acercaron después de jurar en el Cabildo, a rezar ante Él pidiéndole la gracia de su asistencia”, precisó el rector.
“A este Jesús hoy también lo ‘sacamos a la calle’, como aquel entonces cuando la ciudad era una aldea y le pedimos que al tocar el suelo de Buenos Aires detenga el mal, para que todos podamos salvarnos”.
Antes de impartir su bendición, el rector de la Catedral Primada rogó al Santo Cristo de Buenos Aires con la siguiente oración:
Señor Jesús, Santo Cristo de Buenos Aires, esperanza que nunca nos defrauda, ten piedad de nosotros y líbranos de todo mal. Te suplicamos que doblegues el flagelo de este virus que se difunde entre nosotros, que cures a los enfermos, preserves a los sanos, sostengas a quienes trabajan por la salud de todos. Muéstranos tu rostro de misericordia y sálvanos por tu gran amor.
Te lo pedimos por la intercesión de María, madre tuya y madre nuestra, que con su amor fiel nos acompaña. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos, amén.
Te adoramos Cristo y te bendecimos, porque por tu santa Cruz redimiste al mundo.
Cristo de Buenos AiresLa imagen fue tallada por el portugués Manuel de Coyto que residía en ese entonces en la ciudad de Buenos Aires.
Según el sitio Iglesias de Buenos Aires, la imagen fue tallada en madera de algarrobo estucada y policromada. Tiene una base de yeso y luego fue pintada.
La imagen representa a Jesús crucificado con cuatro clavos en sus extremidades. En 1735 colocaron tres potencias de plata labrada sobre la cabeza. Además, la cabeza tiene un halo metálico y en la cruz el letrero “INRI” de chapa plateada.
La imagen tiene 1,75 metros de altura y 1,50 de ancho aproximadamente.
En 1671 fue donada por el gobernador del Río de la Plata, José Martinez de Salazar y fue ubicada en un retablo de la Catedral metropolitana.
La tradición cuenta que la imagen fue sacada en procesión por las calles con motivo de una extraordinaria inundación en la ciudad que terminó en forma milagrosa.
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