La jornada de oración alentada por el Episcopado argentino se realizó en el marco de la discusión del proyecto de legalización del aborto y la clausura del Año Mariano Nacional.
El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), Mons. Oscar Vicente Ojea, pidió a los legisladores que se den “un segundo de reflexión frente a lo que significa el respeto a la vida; y tantas personas que van a ser privadas de la luz y que pueden enriquecer nuestro mundo y llenarnos de esperanza”.
"Una sociedad se define por la mirada que tiene hacia el más vulnerable, el más pobre y el más indefenso; esto es lo que caracteriza y sella la dignidad de un pueblo y de una cultura", aseguró en un video mensaje Mons. Ojea.
"Usemos este silencio, pidiendo verdaderamente al Señor la luz para todos aquellos que tienen la responsabilidad en este momento", sostuvo.
También recordó que en la encíclica Fratelli tutti, el Papa Francisco “nos dice que nuestro trato es utilitario, que nos falta gratuidad y que la cultura del descarte se aplica a todo nivel: a los más pobres; a los migrantes; a los ancianos; a los discapacitados, y qué decir del niño por nacer en su estado de total desprotección", recordó el también Obispo de San Isidro.
A su turno, el Arzobispo de Mendoza, Mons. Marcelo Colombo, presidió una Misa desde la parroquia Inmaculada Concepción e invitó a rezar por los gobernantes y legisladores para que "no tomen el lugar de Dios adjudicándose la autoridad para rechazar vidas en nombre de una pretendida ampliación de derechos que lejos de ello, nos lleva como sociedad a la desesperanza y la irracionalidad".
"A contramano de la lucha por la vida que nos unió a todos a lo largo de este año tan difícil, se nos insiste en un proyecto de ley que busca asegurar derechos” mientras “se niega el derecho a la vida de los más indefensos que moran en el seno materno y pone serias trabas al ejercicio de la objeción de conciencia al profesional que pueda expresar de esta manera su disenso", insistió Mons. Colombo.
También, el Arzobispo de Buenos Aires, Cardenal Mario Poli, alentó una oración confiada a la Inmaculada Concepción por “el cuidado de la vida no nacida, porque cuando los interruptores legales cercenan una vida, ya no se vuelve a encender”, subrayó.
Además, destacó que “al interrumpirse el don de la vida, ya no hay caso, no hay vuelta atrás, es terrible, es cruento”.
“Con la serenidad, la humildad y la mansedumbre que caracterizan a nuestra Madre, nos queda la fuerza de la oración para defender la vida, para que en la Argentina no haya ley que legitime muertes”, agregó el Cardenal Poli.
En la Misa presidida por el Arzobispado de Corrientes, Mons. Andrés Stanovnik, él expresó que en el corazón de la Virgen María "late el intenso deseo de acercarnos a su Hijo Jesús”.
“Ella no tiene otro interés que el de engendrarnos como hijos e hijas, que se reconozcan hermanos y hermanas de Jesús y con Él hijos de Dios Padre".
En ese sentido, Mons. Stanovnik oró para que “nadie quede marginado o fuera de su abrazo maternal".
"A Ella le suplicamos que nos dé un corazón puro, humilde y prudente, y nos sostenga en la paciente tarea de gestar un mundo en el que nos miremos con los ojos de Jesús, nos tratemos con los sentimientos de amistad que Él desea tener con nosotros, y juntos nos cuidemos entre nosotros y el lugar que habitamos”.
Acto seguido se realizó la renovación de la consagración al corazón de la Inmaculada Virgen de Itatí guiada por el P. Ariel Weimann.
El presbítero explicó que con ese gesto “se expresa la inmensa valoración por la vida desde su concepción hasta su muerte natural, que tiene la sabiduría del pueblo correntino".
"La vida humana está amenazada por un proyecto de legalización del aborto. Le suplicamos (a la Virgen) que en nuestro país se asegure el derecho a vivir y que sea respetado en nuestra legislación”, concluyó.
Publicar un comentario