Siemann, que antes participó en los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro (Brasil) en 2016, y de Londres, en 2012, competirá en las carreras de 5 mil metros, 1500 metros, 800 metros, 400 metros, 100 metros y el maratón.
El atleta nació en el seno de una familia católica de Estados Unidos. Su madre, Teresa Siemann, relató que sufrió de problemas de fertilidad y que luego de rezar a San Gerardo nacieron sus hijos cuatrillizos, de los cuales uno es Brian.
En una entrevista a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI- Teresa precisó que su hijo nació sin discapacidad, pero a los seis días de nacido, un error de un médico en el hospital le causó una parálisis que comenzaba en su abdomen.
Sin embargo, dijo que Brian siempre tuvo una actitud positiva ante la vida y que aprecia que su madre “nunca lo trató de manera diferente, ni tampoco sus hermanos”. Hoy, el joven deportista de 31 años es un hombre alegre y bromista. “Un día lo llevé a un lugar para discapacitados y él dijo: ‘¿Quién está discapacitado?’”, dijo Teresa entre risas a CNA.
La madre del atleta dijo que la fe fue clave en la formación de sus cuatro hijos. Señaló que crió a sus hijos rezando el Santo Rosario y que hoy todos tienen devoción a la Medalla Milagrosa.
Además, señaló que Brian se graduó de una escuela secundaria católica en Nueva Jersey y que al terminar esa etapa, “siguió creyendo y creo que eso fue lo que lo formó”. Brian “todavía tiene sus medallas: la medalla milagrosa, la medalla de San Miguel; y San Jorge (George), su segundo nombre es George”, dijo.
Teresa señaló que desde el colegio su hijo tenía claro el poder de la oración. Relató que una vez, cuando estudiaba en la escuela primaria católica, respondió una pregunta sobre la oración. Él dijo: “Eso es algo privado entre tú y Dios, pero yo siempre agacho la cabeza y digo mis oraciones y eso te ayudará”.
Brian también es respetado por su arduo trabajo. Joseph McLaughlin, entrenador principal de atletismo y campo de Notre Dame High School, la escuela secundaria de Brian, dio fe de la ética de trabajo y la humildad del atleta paralímpico.
“Es probablemente el chico más trabajador que jamás hayas conocido y el chico más agradable”, dijo McLaughlin a CNA. Además, destacó que aunque Brian fue elogiado muchas veces, nunca le gustó ser el centro de atención.
Cabe destacar que la carrera de Brian como atleta comenzó en Notre Dame High School, cuando McLaughlin lo apoyó para que pudiera competir en la pista con sus compañeros. Concretamente, el entrenador ayudó a organizar una recaudación de fondos para comprarle a Brian una silla de ruedas de carreras, que costó alrededor de cinco mil dólares.
Posteriormente, Brian obtuvo una beca completa para la Universidad de Illinois, donde pudo recibir entrenamiento personalizado en carreras de sillas de ruedas. Fue en la universidad donde tuvo su primera aparición en los Juegos Paralímpicos en Londres.
Teresa dijo a CNA que McLaughlin “cambió toda la vida de Brian” al “hacer un esfuerzo extra”. La madre del atleta dijo que Brian también tiene una pasión por la educación y que espera poder enseñar después de competir en las carreras.
Mi hijo “tiene un cerebro maravilloso”, dijo y destacó que Brian “tiene una maestría en inglés y educación secundaria para enseñar a niños con necesidades especiales”.
En la actualidad, Brian ofrece su tiempo libre como voluntario para ayudar a los estudiantes que tienen dificultades en sus clases. “Él sabe que los niños tienen dificultades en inglés, por lo que los ayuda con la escritura, porque realmente no puede enseñar [a tiempo completo] debido a que tiene que entrenar dos veces al día”.
Finalmente, Teresa dijo que se siente ansiosa por lo que suceda en los Juegos Olímpicos y que esperará “a que mi esposo me diga lo que pasó en la carrera”. Además, dijo que estará rezando por su hijo durante sus competencias.
Traducido y adaptado por Cynthia Pérez. Publicado originalmente en CNA.
Publicar un comentario