Las fuertes lluvias que cayeron el lunes 23 y el martes 24 de agosto en la zona del Valle del Mocotíes, en el estado de Mérida en Venezuela, han causado inundaciones y deslaves, causando al menos 20 muertes.
Más de 50 mil personas y más de 14 mil familias han resultado afectadas por las lluvias y las inundaciones en los estados de Mérida, Táchira, Zulia, Amazonas, Bolívar, Delta Amacuro, Monagas, Apure y Aragua.
En un comunicado difundido este 30 de agosto, los obispos venezolanos destacaron que ante la tragedia “la respuesta de solidaridad tanto de la Iglesia Católica, como de otras denominaciones religiosas e instituciones civiles no se hizo esperar”
“Gracias a la respuesta inmediata de tantas personas de buena voluntad, se ha podido brindar ayuda en diversas especies, desde medicinas y alimentos hasta ropa y otros insumos necesarios. La caridad no tiene límites, ni pone condiciones para practicarla como poco discrimina los destinatarios de las obras de misericordia”.
"Cáritas Nacional junto con las diversas Cáritas diocesanas, han realizado una rápida acción para recolectar los insumos que han ido llegando desde diversas partes del país", destacaron.
Sin embargo, los obispos venezolanos señalaron que “lamentamos y reprobamos la actitud de algunas autoridades civiles, así como de la Guardia Nacional Bolivariana”.
Estas autoridades, indicaron, “lejos de cooperar desinteresadamente, no sólo han impedido el acceso de gran parte de la ayuda enviada desde diversas partes del país, sino que han tenido una actitud de displicencia y ofensa hacia los miembros de la Iglesia y de otras instituciones”.
Las autoridades, continuaron, “afirman haber recibido órdenes de la superioridad, que en todo caso debería dar la cara”.
Los obispos exhortaron a las autoridades “a cambiar su actitud y colocarse al servicio de las instituciones que sí están colaborando”.
“De tal forma que los envíos de ayudas lleguen pronto a su destino, dando prioridad al tránsito de carga de insumos; movilizando contingentes para abrir los caminos y otras acciones en bien de la población afectada”, expresaron.
Los obispos pidieron además que “actúen no por intereses particulares”, pues “están al servicio de todos los venezolanos y no de una parcialidad política”.
“Imploramos del Dios Liberador su gracia para que sostenga al pueblo sufrido de Mérida y a todos los que, en su nombre han acudido sin mayor interés que hacer el bien a los hermanos. La Madre de Dios, nuestra señora de Coromoto nos sostenga a todos con su maternal protección”, concluyeron.
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