Algunos medios de comunicación recordaron este hallazgo a 19 años del atentado que provocó la destrucción de las Torres Gemelas y la muerte de miles de personas.
El 30 de marzo de 2002, mientras se retiraban los escombros del World Trade Center, un bombero encontró el fragmento de la Biblia incrustado en un pedazo de acero y llamó a un fotógrafo que estaba cerca para entregárselo.
Cuando el fotógrafo Joel Meyerowitz recibió el objeto, se sorprendió al ver el pasaje bíblico del Sermón de la Montaña: “Ustedes han oído que se dijo: ‘Ojo por ojo y diente por diente’. Pero yo les digo: No resistan al malvado. Antes bien, si alguien te golpea en la mejilla derecha, ofrécele también la otra”.
Luego de un tiempo, el fotógrafo entregó esta pieza al Museo Conmemorativo Nacional del 11 de septiembre en Nueva York.
“Esta Biblia destrozada, quemada y cubierta de escombros me llegó de las manos amorosas de un bombero que sabía que yo era el guardián de la zona cero”, dijo Meyerowitz a través de un email enviado desde Italia en 2015 .
“Mi asombro al ver la página abierta de la Biblia me hizo darme cuenta de que el mensaje de la Biblia sobrevive a través del tiempo y en cada época interpretamos sus enseñanzas en forma reciente, según lo requiera la ocasión”, expresó.
Los atentadosEl 11 de septiembre de 2001 el grupo terrorista Al Qaeda secuestró cuatro aviones comerciales en Estados Unidos. Dos de ellos se estrellaron contra la Torres Gemelas en el World Trade Center, provocando la completa destrucción de estos edificios.
Los terroristas secuestraron otros dos aviones, uno de los cuales impactó en una de las paredes del Pentágono en Virginia y el otro cayó en campo abierto.
En los atentados fallecieron unas tres mil personas y otras seis mil resultaron heridas.
El lugar donde estaban las Torres Gemelas fue rebautizado como Zona Cero o Ground Zero. El Papa Benedicto XVI lo visitó en abril de 2008, para rezar por las víctimas de esta tragedia.
El 25 de septiembre de 2015, el Papa Francisco también fue al memorial durante su visita apostólica a Estados Unidos.
“Este es un lugar donde lloramos, lloramos el dolor que genera sentir la impotencia frente a la injusticia, frente al fratricidio, frente a la incapacidad de solucionar nuestras diferencias dialogando”, dijo.
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