Según precisa el P. Sierra, el primer y segundo domingo de Adviento tienen un carácter “más ascético y penitencial” porque preparan para la segunda venida de Cristo, también conocida como “parusía”, “de ahí el color morado”.
Mientras que el tercer y cuarto domingo de Adviento tienen un aspecto “más festivo, con las antífonas de la O, que son aclamaciones al Mesías que viene y preparación para el acontecimiento y celebración del nacimiento de Cristo”.
Otro elemento típico de este tiempo litúrgico es la corona de Adviento, que según el P. Sierra es “un elemento procedente sobre todo de los países del norte de Europa y Alemania, y que fue recientemente introducido”.
“La simbología la ofrece la luz de esas 4 velas, que se encienden progresivamente en los domingos de adviento y el color verde de los ramos que se colocan junto a las velas, significa la vida. Cristo es vida, Cristo es luz y nos disponemos para ese encuentro con Cristo, con las lámparas encendidas”, apuntó.
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