Durante la rueda de prensa que ofreció en el avión que le trajo de vuelta a Roma, tras su viaje apostólico a Eslovaquia y Budapest (Hungría), el Santo Padre, preguntado sobre el futuro del cristianismo europeo, afirmó que “la Unión Europea debe ser independiente por sí misma y todos los países, al mismo nivel, inspirarse con los sueños de los padres fundadores”.
Los padres fundadores de la Unión Europea fueron el ministro francés de Asuntos Exteriores Robert Schuman (reconocido Venerable por el Papa Francisco), el canciller alemán Konrad Adenauer y el expresidente italiano Alcide De Gasperi.
Los tres idearon juntos el proyecto de una Europa unida inspirados en los valores del humanismo cristiano. Su proyecto se materializó en el Tratado de Roma constitutivo de la Comunidad Económica Europea, primera piedra para la construcción de la actual Unión Europea.
El Santo Padre insistió en que Europa “debe asumir los sueños de los padres fundadores de la Unión Europea”.
Defendió que “la Unión Europea no es una reunión para hacer cosas, hay un espíritu en la base de la Unión Europea con el que soñaron Schuman, Adenauer, De Gasperi, estos grandes”.
El Pontífice señaló que, si no se regresa a ese proyecto europeo original, la Unión Europea corre el peligro de convertirse en “una oficina de gestión, y eso no va. Debe ir a la mística, buscar las raíces de Europa y llevarlas adelante. Todos los países deben avanzar”.
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