El hombre ha sido ejecutado en una plaza pública de la localidad de Sulouk –provincia de Raqqa–, delante de una multitud entre la que también había niños, ha informado el Observatorio. Según la página yihadista, el acusado “admitió los cargos de blasfemia” antes de la ejecución.
La web incluye imágenes de las personas que presenciaron la ejecución, así como una fotografía que muestra a un hombre con los ojos vendados y arrodillado con su cabeza apoyada sobre un bloque de madera. Un miliciano enmascarado sostiene una espada sobre su cuello.
Las organizaciones defensoras de los Derechos Humanos han denunciado casos de decapitación y lapidación en las zonas bajo control de Estado Islámico.
La milicia recurre a las ejecuciones como castigo para delitos como el adulterio, el robo y la blasfemia.
El Observatorio, con una amplia red de informadores sobre el terreno, cifró en noviembre en 1.432 el número de sirios que habían perdido la vida a manos de milicianos yihadistas desde que Estado Islámico lanzó su ofensiva en Irak y Siria en junio.
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