Por eso, los obispos andaluces han hecho un llamamiento a la presidenta de la Junta de Andalucía para que “aborde la regulación de la asignatura de Religión de una forma respetuosa con el sentir mayoritario de los padres andaluces”, ya que es solicitada por el 87 por ciento de los padres.
Además si se llevara a cabo esta medida perderían su empleo unos 2.700 docentes.
El llamamiento de los obispos también apela a que la enseñanza de la asignatura de Religión en la escuela es un “derecho de los padres”.
Ante esta situación los obispos de Andalucía han comunicado que consideran esta medida “una vulneración inaceptable del art. 27.3 de la Constitución Española”, en el que se establece que “los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones”.
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