El párroco de Amadiya (Mosul) pide ayuda urgente para los refugiados cristianos

AIN ha multiplicado por 18 los fondos destinados a los refugiados / Pixabay

Entre los refugiados de Mosul y de especial manera, entre los cristianos de la llanura de Nínive, se vive un clima de máxima expectación ante el avance de las tropas iraquíes y la posible liberación de la zona ocupada por el Estado Islámico. El padre Samir Youssef se ocupa desde hace dos años del cuidado de 3.500 familias de refugiados cristianos, musulmanes y yazidíes que se vieron obligados a abandonar sus hogares y su tierra para huir de los yihadistas. El párroco de la Diócesis de Zakho y Amadiya ha querido explicar, con una carta dirigida a AsiaNews, como está la situación en el campo de refugiados establecido en Mosul. Afirma que la gran parte de las viviendas y las iglesias han sido quemadas y destruidas. Ahora, con la llegada del invierno la situación para todos los refugiados no hará más que empeorar si no reciben ayuda. Sostiene que la Iglesia local responde casi totalmente a las necesidades, no sólo de los cristianos, sino también de los refugiados yazidíes y musulmanes. La gran mayoría de la población se ve obligada a llevar “la única vestimenta” que tienen y que llevan puesta “desde el año pasado”. Además, tienen que seguir pagando las cuotas para garantizar el transporte de los niños a los colegios y el queroseno para la calefacción. Youssef recuerda que tienen muchas necesidades y realiza un llamamiento para conseguir apoyo a la campaña “Adopta un cristiano de Mosul” para garantizar la supervivencia de los refugiados. Este el testimonio del padre Samir: "Queridos lectores: Nosotros vivimos con un clima expectante, a la espera de entender cómo habrán de desarrollarse las batallas contra Estado islámico (IS). Las tropas iraquíes están avanzando y ahora están cerca de la ciudad de Mosul. La Llanura de Nínive ha sido prácticamente liberada por completo, pero lamentablemente las iglesias están en su mayor parte quemadas, y muchas casas han quedado destruidas. Nos llevará mucho trabajo reconstruir y volver a poner todo su lugar. Los milicianos del IS han construido muchos túneles por debajo de las casas; las personas que provienen de las zonas cercanas a Mosul, que han sido liberadas de los yihadistas, narran historias muy conmovedoras, que hacen llorar, por la forma en que era tratada la población civil, sobre todo las mujeres.
"Han sido descubiertas varias fosas comunes, y en una sola de ellas fueron hallados los cadáveres de casi 200 personas. Entre ellos había cuerpos de mujeres y niños"
Cuánta gente ha muerto, decapitada. En cada barrio, existía una casa que los milicianos del IS habían transformado en una prisión, y donde las mujeres eran esclavas sexuales de los milicianos. Han sido descubiertas varias fosas comunes, y en una sola de ellas fueron hallados los cadáveres de casi 200 personas. Entre ellos había cuerpos de mujeres y niños. Sólo el Señor sabe qué más habrán hecho los yihadistas del Estado Islámico en la ciudad de Mosul. En lo que respecta a nuestros refugiados, sin la ayuda humanitaria, la situación se vuelve sumamente difícil. Las familias cristianas y yazidíes que están con nosotros dependen de manera casi exclusiva de la ayuda de la Iglesia local. Tenemos muchos niños que han sido confiados a nuestro cuidado y debemos enviarlos a la escuela. Tal como se hacía el año pasado, hay autobuses que los llevan a la escuela y somos nosotros, la Iglesia, quienes pagamos el costo de los pasajes y las cuotas del transporte. Sin embargo, todo esto está supeditado a la llegada de las ayudas. Para nosotros que estamos aquí, en el Kurdistán iraquí, el invierno ya ha comenzado y muchos niños y mujeres usan la misma y única ropa que visten desde el año pasado. Dos semanas atrás conseguimos algo de ropa usada, pero no alcanza para todos y también nos faltan zapatos. Y luego el kerosén para la calefacción, que es fundamental para combatir el frío, y que hasta ahora ninguna organización humanitaria ni del gobierno nos ha dado. Y la urgencia empieza a sentirse.
"Cada párroco ha asumido esta responsabilidad y tratamos de ayudar a esta gente lo más que podemos, hasta que esta crisis llegue a su fin"
En el último período, el gobierno ha obligado a muchas ONG a ayudar a las personas que huyen de Mosul a causa de la guerra. Recientemente se han abierto tres nuevos campos para los refugiados musulmanes, que han escapado en estas últimas semanas. Pero desde hace más de tres meses, las 225 familias de yazidíes que viven aquí, en Enishke, no han recibido una buena comida y tampoco provisiones de alimentos. Nosotros tratamos de comprar cada semana arroz, aceite, y los distribuimos. Y esto sin mencionar a las familias que, cada mes, necesitan algo de dinero en efectivo; mi parroquia también paga lo alquileres de muchas viviendas donde se alojan las familias de refugiados desde hace más de dos años. Aquí, cada párroco ha asumido esta responsabilidad y tratamos de ayudar a esta gente lo más que podemos, hasta que esta crisis llegue a su fin. Ruego al Señor que nos ayude, y que os ayude también a vosotros a seguir adelante, con todo lo que sucede alrededor vuestro. Pbro. Samir Youssef Diócesis de Zakho y Amadiya

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