2017, Año del Centenario de la Constitución Mexicana

Tiempo de reflexión y acción ciudadana

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Rebeca Ortega Camacho

Hoy se cumplen 100 años de la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que nos rige. El 5 de febrero de 1917 apareció publicado en el Diario Oficial de la Federación el texto que fue discutido y aprobado por los Constituyentes, reunidos en Querétaro.
Ninguna Constitución había regido tanto tiempo en México: Constitución de Apatzingán (1814); Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos (1824); Siete Leyes Constitucionales (1836); Bases Orgánicas de la República Mexicana (1843); El Acta Constitutiva y de Reformas (1847); Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos (1857). “De hecho puede considerarse el texto constitucional más antiguo de América Latica, si tomamos en cuenta que la Constitución de Argentina, que fue expedida en 1853, sufrió una Reforma Integral en 1994, con lo cual puede considerarse casi una Constitución nueva” (Miguel Carbonell, “El Aniversario de la Constitución”, El Universal, 5 de febrero de 2007).
La Carta Magna es la misma, puesto que no ha sido sustituida por una nueva, pero su contenido es totalmente distinto de la expedida en 1917. De acuerdo al Diario Oficial de la Federación, hasta agosto de 2016, ha sido modificada a través de 229 decretos de reformas constitucionales. “Para hacerse una idea de lo que esto significa hay que tener presente que a los revolucionarios de Querétaro les bastaron 22 mil palabras para innovar el constitucionalismo contemporáneo, mientras que las modificaciones aprobadas el año pasado (2013) contuvieron 13 mil, sin contar sus abundantes transitorios. Hoy la Constitución se acerca a las 64 mil palabras” (Diego Valdés, “Lo que nos queda de la Constitución”, Revista Hechos y Derechos,  11 de junio de 2014).

P. Armando EDITTenemos leyes que nos representan?
¿Debemos celebrar los cien años de la Constitución de México?; ¿sirve de algo tener un texto que ha durado un siglo? El Presbítero Licenciado Armando González Escoto, Historiador, Cronista de nuestra Ciudad y Responsable del Área de Publicaciones de la Universidad del Valle de Atemajac (UNIVA), comentó al respecto:
“Este año, la Constitución que actualmente rige al país va a cumplir cien años, y la gran cuestión es: ¿se debe o no celebrar el Centenario de la publicación de esta llamada Carta Magna? Para responder a esa pregunta tendríamos primeramente que preguntarnos: ¿esta Constitución, de 1917, la hizo la Sociedad mexicana o no la hizo la Sociedad mexicana?; ¿la Constitución refleja o no refleja la idiosincrasia, el sentir y los grandes anhelos de esa misma Sociedad mexicana?
“Obviamente, tendríamos que preguntarnos, a la hora de celebrar: ¿ese marco constitucional que oficialmente rige al país es realmente respetado, como para pensar que estamos en un Estado de Derecho, o es simplemente un referente que se ha usado en todos los tiempos para  provecho y beneficio de los que la manejan?
“Por supuesto, hay antecedentes de esta Constitución, y sus antecedentes son los intentos que desde el Siglo XIX hicieron los ideólogos mexicanos que aprovecharon el abandono del poder por parte del Imperio Español para ocupar el lugar que ellos tenían, prácticamente con el mismo carácter monárquico  con que aquéllos lo venían haciendo.
“Entonces, ocurre que estos ideólogos políticos del Siglo XIX, más que representar al país naciente, lo que hacen es suplantarlo y, por lo mismo, cualquier marco de Leyes que publicaran lo tenían que imponer porque la Sociedad no se veía reflejada en ese marco legal, por lo menos en muchos de sus aspectos, pero sobre todo en el hecho fundamental de que no habían sido invitados, integrados a formar parte de los caminos para llegar a crear marcos constitucionales. No ocurrió en el 24, no ocurrió en el 57, no ocurrió de nuevo en el 17.
“Daría la impresión de que el Gobierno Mexicano, no habló de Estado Mexicano, porque a veces dudo de que exista, pero el Gobierno Mexicano lo que ha hecho es suplantar a la Sociedad e imponerle, muchas veces, Leyes contrarias a la forma de pensar, a la idiosincrasia de la Sociedad. Cuando no pudo imponernos por la fuerza la propia Ley, entonces acudió a la violencia, como se dio en los casos,  en la época de las Leyes de Reforma y después en la Constitución del 17 en algunos aspectos que en la Sociedad resultaron sumamente sensibles e inadmisibles.
“Sin embargo, existe el marco legal, y todo el país debe efectivamente regirse por un marco legal, siempre y cuando éste represente a la Sociedad. Y aquellos que dicen representar a la Sociedad en las Cámaras (Diputados y Senadores) lo hagan de verdad. Hasta ahora los Legisladores no representan a la Sociedad; en los hechos, representan a los partidos que les dieron el beneficio de ocupar una curul, a cambio de lo cual reciben enormes y desproporcionados salarios y, obviamente, ese salario tiene un costo: sujetar las Cámaras a los intereses de su partido, no a los intereses de la Sociedad.
“El Centenario de la Constitución de 1917 debería invitarnos a reflexionar hasta qué punto tenemos Leyes que nos representan, y hasta qué punto los Legisladores nos representan a nosotros en verdad, en lugar de seguir representando a sus partidos. También, advertir que en el momento actual que vive el país no podemos ignorar que ha sido la falta de honestidad, honradez y capacidad de los partidos políticos, a los que debemos ver como responsables de todos nuestros retrasos, nuestros fracasos, nuestras limitaciones, nuestro empobrecimiento, y que mientras no haya una reacción inteligente, clara y honesta para cambiar toda esta situación, es decir, para modificar el sistema político del país con un marco constitucional que efectivamente lo avale, de nada sirve celebrar Constituciones que, a la postre, la mayoría de la ciudadanía mexicana no advierte o no se da cuenta en qué le beneficia o hasta qué punto la expresa.
“Debería ser el momento  de evaluarnos como Sociedad, asumir nuestras irresponsabilidades para corregirlas y buscar, efectivamente, que la Constitución nos represente y nos exprese. Comprometernos, sujetarnos a lo que la Ley marca, porque en este país las Leyes son sólo referentes. El que tiene poder o dinero sabe que las Leyes no aplican para ellos; entonces, con esa mentalidad, con esa situación de anarquía, donde cada quien hace lo que quiere, sabiendo que las Leyes al final no funcionan, no tiene caso hablar de celebrar una Constitución o incluso de hacer otra, si la actitud del mexicano sigue siendo la misma”, concluyó el Padre Armando González.

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Balance y revisión
Sobre el tema, el Maestro Fernando Antonio Guzmán Pérez Peláez, Vicepresidente Nacional de ConFamilia, señaló: “Tenemos que reflexionar, un siglo de la Constitución Mexicana que en su momento fue innovadora: reconoció derechos sociales para sectores vulnerables con las Garantías Individuales, el Juicio de Amparo para la protección de los auténticos Derechos Humanos. Una Constitución que, lamentablemente, se ha venido tomando como programa en que cada Presidente de la República la modificaba a su capricho, a su juicio, para convertirla en su Programa de Gobierno.
“En este Centenario necesitamos hacer un balance, reflexionar, ver nuestro Estado de Derecho; fortalecer en México el respeto a la Ley, al orden, al Estado de Derecho, y no caer en tentaciones como lo que está sucediendo en la Ciudad de México, en donde, con el afán de hacer una nueva Constitución para una nueva Entidad en la que ahora se ha convertido el Distrito Federal, lo que está saliendo de ahí es un engendro.
“En este proyecto de Constitución de la Ciudad de México se negó reconocer la vida como un Derecho Humano, como el primero de los Derechos Humanos, pero reconoce los derechos de los animales. Temas como abrir la puerta al suicidio a través del reconocimiento de la eutanasia, es muy grave. Es una Constitución que también pretendía incorporar la  confiscación de los esfuerzos de los trabajos de las personas a través de quedarse con la plusvalía de los bienes  inmuebles al transmitirse por herencia o por transmisión pública después de años.
“Por ahí se anda diciendo de una nueva Constitución Federal, pero primero hay que revisar lo que está sucediendo en el Distrito Federal, y que esa Constitución se someta a un Plebiscito de los ciudadanos del Distrito Federal”.

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