El Seminario busca seguir generando buenos Sacerdotes
El domingo 5 de marzo, en todas las Parroquias de la Arquidiócesis de Guadalajara, se celebrará el Día del Seminario, una de las instituciones eclesiales más queridas, y que es reconocida como “el corazón de la Diócesis”.
Para este efecto, las actividades, como cada año, son muy variadas. “Hay una preparación. Con mucha anticipación se hacen las visitas a los Colegios, Hospitales, Universidades, Centros Penitenciarios e incluso a algunas personalidades, invitándolos a hacer oración por el Seminario, pero también a dar testimonio y a hacer promoción vocacional”, explicó el Padre José Guadalupe Miranda Martínez, Vicerrector del Seminario Diocesano de Señor San José.
y económica
Este domingo 26 de febrero, los alumnos del Seminario estarán ya en todas nuestras Parroquias anunciando y preparando con más intensidad el Día del Seminario. “Los muchachos estarán presentes en todas las Celebraciones Eucarísticas, encontrándose con las distintas comunidades parroquiales, aprovechando también para pedir a las personas su colaboración económica”.
Y es que el Seminario subsiste, en buena medida, por el apoyo económico de los fieles laicos que aportan su donativo el Día del Seminario, pero que también se convierten en bienhechores que mes con mes hacen alguna contribución pecuniaria de acuerdo a sus posibilidades.
Las necesidades del Seminario son muchas, comenzando por la alimentación de sus estudiantes, pero también el pago de sus trabajadores y de los servicios que cualquier casa requiere: agua, luz, gas, mantenimiento, entre otros.
El Curso 2016-2017 lo iniciaron 1,251 alumnos. “A estas alturas, ya mermó el número porque, como es normal, algunos se van retirando a lo largo del curso. Estimo que en este momento andará por los 1,150”.
buenos Sacerdotes
Desde hace varios años, el Lema que se utiliza en la Campaña del Día del Seminario es: “Vale la pena ser Sacerdote”; frase tomada del discurso del Papa Juan Pablo II durante su visita al Seminario Mayor el 30 enero de 1979, en su primer viaje apostólico a México.
El Seminario busca que, quienes aspiran a ingresar, provengan de ambientes sanos: “Que vengan de familias integradas y relacionadas con su comunidad parroquial”.
Para la formación de los Sacerdotes, la orientación se recibe de diferentes organismos de Iglesia: “La Congregación para el Clero; OSMEX (Organización de Seminarios Mexicanos); OSLAM (Organización de Seminarios Latinoamericanos). Así se va formando el perfil de nuestros Sacerdotes de una forma gradual.
“Buscamos, sobre todo, formar Pastores austeros, libres, valientes, comprometidos, en condiciones de estar configurándose con Cristo constantemente”.
Y es que, aunque el perfil general de los Sacerdotes que se forman hoy y de los que se formaron hace una o dos décadas es el mismo, los retos van cambiando y la formación necesita adecuarse a las necesidades de los tiempos. “El Sacerdote de ahora tiene que ser más creativo, más cercano, dispuesto a estar saliendo constantemente de su entorno, porque hasta hace poco la feligresía llegaba a las Parroquias, pero ahora no; hay que salir. Se busca que los Sacerdotes no sean tanto de llegada, sino de constante salida, en constante búsqueda, con mucha creatividad y, por tanto, Sacerdotes más generosos”.
Con más de mil alumnos y diversas Casas de Formación, el Seminario Diocesano de Guadalajara apela a la generosidad de los fieles para seguir formando alumnos que se entreguen al servicio de nuestras comunidades parroquiales.
Aunque los lineamientos generales de la formación sacerdotal son similares en todo el mundo, cada Diócesis le da su toque, pues las necesidades son distintas. “Incluso entre vecinos, son diferentes los Sacerdotes que se requieren en Diócesis con ambiente más rural que los que se necesitan para zonas más urbanas. Por ejemplo, son diferentes los Sacerdotes que se forman en San Juan de los Lagos, a los que formamos aquí”.
Incluso, antiguamente se preparaban en Guadalajara Sacerdotes para otras Diócesis de México y hasta de otros países, principalmente de Centroamérica: Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Honduras.
El Padre Miranda puntualizó que la formación de los Sacerdotes va principalmente en cuatro áreas: la humana, la espiritual, la intelectual y la pastoral. Diríamos que el sustento es la base humana, y de ahí se va insistiendo en los otros ámbitos.
Un aspecto por demás importante es la fraternidad que se da entre los alumnos del Seminario, pues aunque no todos llegan a ordenarse, el lazo permanece y los grupos continúan reuniéndose y apoyándose, incluso económicamente cuando es necesario. “Se establece familiaridad y cercanía”.
Por más que la Colecta que se hace anualmente con ocasión del Día del Seminario se mantiene más o menos constante, las necesidades crecen por el incremento de los costos en muchos rubros. Además, en el caso de los bienhechores periódicos, el fenómeno que se produce es diferente, pues muchos de ellos se van haciendo mayores y no pueden ya colaborar.
Finalmente, el Padre Vicerrector agradeció la colaboración, principalmente a los Párrocos, que hacen posible el acercamiento con la comunidad. “El Seminario es una empresa que nos compete a todos porque es una institución central de la Iglesia de Guadalajara”.
Habla el Rector
Todavía hay un gran número de vocaciones
Para cumplir con la misión de formar buenos Sacerdotes, es necesario reconstruir la personalidad de los jóvenes que sienten este llamado, advirtió el Rector del Seminario Diocesano, Cardenal José Francisco Robles Ortega.
Yara Martínez González
En la Arquidiócesis existe un gran número de vocaciones, fruto del buen trabajo pastoral que se ha hecho a lo largo de los años, aseguró el Arzobispo de Guadalajara, Cardenal José Francisco Robles Ortega, quien en entrevista para Semanario destacó la importancia de reconstruir la personalidad de los jóvenes que se sienten llamados al camino del sacerdocio.
A pocos días de que se celebre el Día del Seminario, que será el domingo 5 de marzo, señaló que, en muchas ocasiones, aquellos que buscan servir a Dios son personas que han atravesado por situaciones difíciles en su vida. Por ello, es fundamental el discernimiento, el apoyo de la familia y la guía de quienes ya ejercen este ministerio.
“En nuestra Diócesis hay un buen número de jóvenes que tienen la inquietud de seguir al Señor por el camino del sacerdocio. Siento que ante esa inquietud, que es más o menos numerosa, tenemos que hacer un esfuerzo grande: cómo reconstruir la personalidad de los jóvenes, que clarifiquen de qué se trata, que se asuma de dónde vienen, ya que, a veces provienen de familias un poco desintegradas, un tanto de experiencias fuertes en su vida. Entonces, el esfuerzo de discernimiento tiene que ser mayor, y el de reconstruir la personalidad de los jóvenes, también tiene que ser mayor”.
Para cumplir con esta misión, el también Rector del Seminario Diocesano de Señor San José afirmó que cuenta con un equipo que está trabajando por responder a lo que la Iglesia pide de los futuros Pastores, y a las condiciones sociales que actualmente existen.
“Hay el ánimo, hay la competencia; sin embargo, pienso que muy pronto vamos a comenzar a sentir el efecto de una realidad, ya que las familias han reducido su número de hijos al mínimo; tenemos muchas familias con un solo hijo, y eso también va a reflejarse en el número de jóvenes que quieran ingresar al Seminario”.
Finalmente, hizo un llamado a los jóvenes que sienten esta inquietud, a clarificar si realmente es ésta su vocación, a través de los Preseminarios o mediante la plática con sus Párrocos, e incluso con sus propios padres.
Colaboradores del Seminario de Guadalajara
Un servicio que llena el corazón y acerca a Dios
Muchas son las personas que realizan alguna labor que favorece económica o espiritualmente a nuestro Seminario Diocesano de Guadalajara, que ayuda a que las vocaciones sigan siendo abundantes y constantes.
Tal es el caso del Apostolado Serra, que tiene el carisma de apoyar a las vocaciones sacerdotales, de vida consagrada y religiosa. Es una Obra Pontificia con presencia en los cinco Continentes y se formó en Estados Unidos hace 73 años. En Guadalajara, desde el 8 de diciembre de 1964, y es formado por 20 personas.
El Coordinador es el Lic. Francisco Javier Mora Aguilar, y el Capellán, el Pbro. Catarino Espinoza Íñiguez, Asesor Diocesano de Promoción Vocacional.
Actividades
El apostolado es principalmente de oración por las vocaciones, diariamente. Realizan cada semana Horas Santas Vocacionales. Los lunes primeros hay una Eucaristía; el tercer lunes de mes, clases de Biblia. Hacen actividades en los Seminarios (Mayor, las Casas del Menor y la Secundaria “Anacleto González Flores”).
Al Seminario Menor asisten dos veces al año a los Preseminarios (en Semana de Pascua y en Verano), para compartir charlas sobre la vida laical. También están presentes en el Informe Rectoral del Seminario; promueven encuentros y charlas con los Seminaristas sobre temas espirituales; el último sábado de noviembre van a Tapalpa a una convivencia que comienza con la Misa y después la comida, cantan, recitan, etc. Además, organizan la primera Posada en el Seminario Mayor, el 16 de diciembre: se reza el Rosario, se hace la procesión de los peregrinos y después la convivencia. Igualmente, comparten un día con los adolescentes del “Anacleto González Flores”.
“Somos un grupo de laicos comprometidos, motivados por el Amor a Dios y a nuestra Iglesia, que realizamos esta labor con mucho gusto. Ser del Apostolado Serra de Guadalajara es una bendición porque se ven los abundantes frutos de la oración de la comunidad por las vocaciones”, comentó el Lic. Francisco Javier Mora Aguilar.
A nivel mundial, cada año, el Apostolado efectúa una Convención Internacional que se realiza consecutivamente en diferentes países. En esta ocasión será del 22 al 25 de junio en Roma. Se espera sostener un encuentro con el Papa Francisco. Además, a finales de octubre se organiza la Convención Nacional, que reúne a los 54 Apostolados de México. Se llevará a cabo en Tehuacán, Puebla.
Otro testimonio
Una labor indispensable para el Seminario, en este caso el Mayor, es la atención de la cocina, en la que deben prepararse diariamente tres comidas para 320 Seminaristas y los Padres Formadores. Desde octubre de 2016, la coordinadora de la cocina es la Hermana Susana de la O Magallón, Laica Consagrada de Casa Amor de María de Guadalupe, quien tiene un equipo de trabajo de ocho personas que dan servicio en la mañana, y seis por la tarde.
“Sí es un poco pesado, porque hay que darle de desayunar, comer y cenar a mucha gente, pero es un trabajo agradable al que Dios me ha llamado, muy bonito. Me siento muy contenta. Aquí desarrollo mi maternidad, porque para ellos soy la ‘Madre Susy’, y me llena de alegría ver cómo disfrutan los alimentos”.
“Lo que me hace valorar y querer más mi trabajo, dice la Hermana Susana, es verlos disfrutar algo que les gusta, como cuando les hacemos taquitos de carne asada, por las noches; también cuando hay tostadas doraditas en el comal; las ven, y dicen: ‘Ya me alegró el día, Madre Susy’. Todos esos detallitos, que son expresiones agradables de cariño, hacen que disfrute mi servicio”.
Algunos de ellos regresan: “El Padre Santiago, que es de Ocotlán, cada vez que viene, pasa a la cocina a saludarnos, y eso me parece un gesto maravilloso, porque es señal de que estamos haciendo bien nuestro trabajo, y lo reconocen.
“Cuando me siento cansada, me retiro a hacer alguna otra actividad, como ir a orar a la Capilla o a lavar, etcétera; pero, como vivo aquí, si alguien me busca, sabe dónde encontrarme. Mi labor es muy bonita porque estoy ayudando a que se mantengan sanos los futuros Sacerdotes, que tanto bien hacen a la Sociedad; porque sé que si se alimentan corporalmente, van a estar bien espiritualmente, y su cuerpo estará bien para realizar sus estudios”.
El menú lo organiza la Hermana Susana junto con un Seminarista de 4º de Teología. Se hace alguna comida especial cuando es cumpleaños de los Sacerdotes o en Navidad. Los jueves comen juntos los Formadores con los Seminaristas, y también se trata de cocinar algo que disfruten todos.
Datos
La mayoría de las actividades tiene lugar en la Casa Sede, en SEMFAM (Manuel Acuña 2481, Barrio de Santa Teresita), todos los lunes a las 20 horas. Informes, al Cel. 33-1007-2758, con el Lic. Javier Mora.
Entrevista en la que el Pbro. Elías Castro Martínez compartió su inquietud de consagrar su vida a Dios, y también habla sobre su experiencia ya en el Seminario como Formador.
Promoción Vocacional
Por qué entró al Seminario?
“Desde que era muy niño sentí la atracción, un runrún interior por ser Sacerdote. Recuerdo que uno de mis juegos preferidos era celebrar la Eucaristía. De modo particular, me gustaba la predicación a los niños; no sé qué les diría, pero recuerdo que mis amiguitos estaban muy atentos e interesados en comulgar, ya que la comunión consistía en abundantes galletas. Al terminar la Secundaria, me acerqué a mis padres para externarles mi deseo de ingresar al Seminario. Con su bendición, ingresé el 3 de septiembre de 1987 a la Preparatoria, habiendo realizado mi Preseminario, con ayuda de mi señor Cura, el Pbro. José María Padilla García.
Qué lo movió
a permanecer en el
Seminario habiendo
otras posibilidades?
Es cierto, había muchas posibilidades, pero de entre todas, fue ésta para la que Dios me creó; de eso nunca he tenido la menor duda. Si mil veces naciera, mil veces volvería a ser Sacerdote. Dios me llamó al sacerdocio ministerial; yo lo único que he hecho es decirle que sí.
Qué fue lo más significativo
que vivió en el Seminario?
¡Son tantas cosas!; pero, de modo particular, el encuentro vivo con Jesucristo, que fue quien me llamó; los momentos intensos de preparación intelectual mediante el estudio y los buenos Formadores que en gracia me tocó conocer; la experiencia de la vida de comunidad con mis condiscípulos. Con agrado, recuerdo la Liturgia exquisita y bien cuidada del Seminario, de modo especial las Vísperas Solemnes de los domingos al regresar de casa.
Qué es para usted el
Seminario?
Es mi segunda casa, mi otra familia. Como Seminarista primero, y luego como Formador, llevo acumulados 22 años en esta Institución. Son más de los que pasé en casa de mis padres. Es parte de mi vida y de mi historia; sin el Seminario no se entendería mi existencia, porque en esta bendita casa fue donde descubrí lo que Dios quiso de mí, y eso me llena de alegría.
Qué mensaje les da a los jóvenes
que están en formación dentro
de los Seminarios?
Los animo para que sean conscientes de que hay virtudes que sólo se aprenden cuando se es joven, y que se es joven sólo una vez, lo cual pasa y se extingue de prisa. Que aprovechen el tiempo; que sean audaces en la respuesta a la vocación a la cual Dios los llamó; que no se reserven nada para sí, que lo den todo; que no sean jóvenes de los mínimos, sino de los máximos esfuerzos para ganar a Cristo. Una cosa más: que siempre estén alegres; el demonio le tiene mucho miedo a un seminarista que está siempre contento.
el deseo de ingresar al Seminario,
qué mensaje les deja?
Que encomienden esta inquietud a la Virgen María; Ella es la Madre del Sumo Sacerdote. Ella, como Madre de los Seminaristas, los guiará, los conducirá como llevados de la mano hasta el Seminario, si ésta es su vocación. Ayuda mucho acercarse a dialogar su inquietud con el Párroco de su comunidad para que tengan una adecuada orientación. Y, por último, les diría que no tengan miedo de ingresar al Seminario o de ser Sacerdotes. Ciertamente Dios les pedirá todo; pero, dejándolo todo, ganarán al que es Todo.
…A unos días de celebrar el Día del Seminario, somos testigos de esta experiencia aleccionadora sacerdotal que nos permite reconocer el valor del llamado de Dios, y cómo vale la pena orar por las vocaciones sacerdotales y ayudar a su formación.
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