El Cardenal Carlos Osoro, Arzobispo de Madrid, aseguró durante la celebración de la Eucaristía con motivo del día de San Isidro, patrón de Madrid, que “el amor de Dios que acogió san Isidro, y que Dios regala en la gratuidad a todos los hombres, es nuestra arma”.
En la homilía indicó “tres modos de vivir y construir con este Amor mismo de Dios”. Poniendo como ejemplo al patrón de la Archidiócesis de Madrid, el Cardenal Osoro pidió “custodiar” que, según precisó es “hacer crecer a todos los que se acercan a nosotros”.
“Custodiar es hacer crecer, saber perdonar, dejarnos perdonar y saber pedir perdón, y es orar los unos por los otros. Vivir con este nombre Amor, supone dejarnos curar”, aseguró.
En ese sentido explicó que “el ser humano sabe que es imagen y semejanza de Dios. Si esto es así y si Dios es amor, nuestro nombre verdadero es amor. Nuestro nombre verdadero es Amor, pues somos imágenes de Dios” y subrayó que es por este nombre “que somos capaces de perdonar y de perdonarnos”.
“Cuando vivimos así, estamos dispuestos a poner todo lo que somos y tenemos la servicio de los demás. Vivir con este nombre abarca y afecta a la persona humana, a la familia, a las relaciones sociales, a la construcción de esta sociedad”, aseguró el Cardenal durante la homilía.
También subrayó que conseguir el amor y el perdón “no se consigue inmediatamente”, por lo que animó a “dejar trabajar al Señor en nosotros como san Isidro”.
Una manera de promover “la cultura del encuentro” que es la que “en nombre del Señor, desea, promueve y hace la Iglesia”, por eso el Arzobispo pidió a todos los madrileños ponerse “manos a la obra y hacer esta cultura en este momento de la historia”.
“Hacer la cultura del encuentro es un desafío social; yo diría que el más importante. Es el que hizo Dios, viniendo a nuestro encuentro en la Encarnación, y el que imitándolo hizo posible san Isidro”, afirmó.
Como segundo punto, el Cardenal Osoro aseguró que San Isidro siguió a Jesús: “dejándose sorprender”.
Por eso explicó en la homilía que “la Iglesia en Pentecostés, momento que marca su nacimiento y manifestación pública, es una Iglesia que sorprende y turba. En el mismo inicio de la Iglesia, Dios sorprendió. Se verificó un hecho extraordinario e inesperado que suscitó admiración. La gente quedó turbada. Seamos una Iglesia que suscita estupor. Aproximemos una palabra y una vida nuevas, el lenguaje y la vida del Resucitado: Cristo ha vencido a la muerte”.
En ese sentido, el Cardenal Osoro animó a dar “el abrazo de Dios a todos los hombres, para buscar la paz por todos los medios, la reconciliación, el vivir en verdad. Suscitemos esperanza, sanemos los corazones”.
También aseguró que “la Iglesia está viva cuando sorprende acercando a las vidas de los hombres a Dios, y dando la posibilidad de que todos los hombres y mujeres de este mundo se acerquen a Dios. Este es el lenguaje de Dios”.
El Arzobispo pidió “salir a la periferias, a los caminos y a las existencias humanas, sociales y personales, a darles su verdadero nombre. A san Isidro, Jesús le sorprendió, le dijo: «Yo soy la vid y tú eres mi sarmiento». Sorpresa. A nosotros nos dice lo mismo. Pero sorpresa sanadora y dadora de misión”.
Como tercer y último punto de la homilía, el Prelado recordó que San Isidro subrayó mostró con su vida que “la caridad de Cristo es lo más importante”.
“Tener la caridad de Cristo supone buscar y pedir siempre más caridad”, “siempre podemos hacer más y más. Dejemos que nos pode el Señor. La caridad de Cristo, acogida con corazón abierto, nos cambia, nos transforma, nos hace capaces de amar no según la medida humana, siempre limitada, sino según la medida de Dios”, afirmó.
“No se puede medir el amor de Dios, es sin medida, pues da hasta la vida misma. Y así llegamos a ser capaces de amar también nosotros. No es fácil. Pero debemos amar a quien no nos ama”, aseguró el Cardenal y aseguró que de esta manera nos “oponemos al mal con el bien”.
Por eso animó a “perdonar, compartir, acoger, crear puentes, derribar muros. Como Jesús, tenemos que llegar a ser pan partido para nuestros hermanos. Hemos de vivir la alegría de convertirnos en don, hacernos don. Jesús se hace para nosotros don, se nos da, hagamos lo de Él”.
“Custodiar, dejarse sorprender y vivir la caridad de Cristo: un reto que nos propone hoy san Isidro Labrador”, aseguró el Arzobispo de Madrid.
Por eso pidió “que todos los madrileños tengamos un poco de san Isidro” para “cambiar la ciudad” y animó a “acoger” como hizo San Isidro a “Jesucristo presente en la Eucaristía”.
“Así no tendremos la tentación de quitar a nadie de nuestro lado; al contrario, somos como Jesús y con Jesús. Tenemos su mismo nombre: Amor. Dejémonos podar por Él para dar más fruto”.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 15 de mayo de 2017
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