Marco Antonio Gómez Avila
1o B Teología
Dentro de la formación de los futuros sacerdotes, hay una parte en la pastoral del seminario dedicada especialmente a los enfermos y a las personas de la tercera edad, llamada pastoral de la salud, en la cual, los seminaristas asisten a diversos hospitales y asilos.
Durante el tiempo de misiones o de apostolado, los seminaristas tienen un espacio durante el día para visitar a alguna persona mayor o un enfermo, pero hay quienes dedican todo el día para estar con ellos. La experiencia de este apostolado es muy enriquecedora puesto que es un sector muy importante en nuestra sociedad al que hay prestarle especial atención.
Los seminaristas que son enviados a este apostolado, reciben una detallada formación para la atención y el cuidado, se les habla de cómo acompañar espiritual y emocionalmente a las personas, sobre el respeto a la vida, la dignidad de la persona, la bioética, entre otras cosas. Pero lo más importante es decirles que Jesús está con ellos en ese momento difícil por el que están pasando. Además, el seminarista acompaña a las familias de los enfermos y mantiene una buena relación con los diferentes agentes que son responsables de los diversos hospitales y asilos, como son médicos, enfermeros, personal administrativo, etc., pero también con diversas congregaciones religiosas con las que se mantiene una muy buena fraternidad y un gran trabajo en equipo para colaborar en lo más importante: la atención y el cuidado del enfermo.
Dentro de este apostolado también se tiene una atención especial a los sacerdotes enfermos y mayores, acompañándolos de manera especial en estos momentos de su vida en los que transmiten muchas enseñanzas a los alumnos del Seminario de Guadalajara que con su asistencia quieren agradecerles por todo su servicio que prestaron a la Iglesia y por la oración que siguen haciendo por el pueblo de Dios. También asisten a otros asilos acompañando a las personas mayores dándoles ánimos y motivándolos a seguir adelante. En los hospitales, los seminaristas durante el día mantienen un encuentro con los pacientes, para anunciar el Evangelio.
El servicio a los enfermos es una de las actitudes que debemos de tener todos los cristianos, «estuve enfermo y fueron a visitarme» (Mt 25,36). Los seminaristas también reciben un gran testimonio de aquellos santos que consagraron su vida a los enfermos, de los cuales hay mucho que aprender, como algunos santos mexicanos que fundaron hospitales y asilos en nuestra ciudad, y que su obra se extendió en nuestro país y en el mundo, por ejemplo: Santa María Guadalupe García Zavala y la Beata Vicentita Chávez Orozco que ayudaron material y espiritualmente a los seminaristas de sus épocas. «Tratar a los pobrecitos enfermos, mirando en ellos a la misma persona de Nuestro Señor Jesucristo» (Beata Madre Vicentita)
Es importante destacar que la atención a los enfermos es una clave para la evangelización; y dentro de nuestra vida de Iglesia, las diversas comunidades en nuestra Arquidiócesis dedican ésta especial atención a los enfermos, y el seminario se hace partícipe de esta pastoral, puesto que uno de los signos más significativos de Jesús fue prestar atención a aquellos que sufrían de alma y de cuerpo. «Y cuando entró Jesús en la casa de Pedro encontró a la suegra de Pedro postrada en cama con fiebre. Jesús tocó su mano y la fiebre la dejó; y ella se levantó y les servía» (Mt 8, 14-15).
Publicar un comentario