Con esa votación se inicia un proceso de constitución para proclamar “la república catalana como Estado independiente y soberano”. Los diputados autonómicos del Partido Socialista Catalán (PSC), PP y Ciudadanos abandonaron el Parlamento antes de que se produjera la votación.
Por su parte, el Senado de España autorizó al Gobierno para aplicar el artículo 155 de la Constitución que determina la intervención del Estado para garantizar la vigencia de la Carta Magna en esa región.
El Consejo de Ministros se encuentra reunido durante la tarde del 27 de octubre para aprobar las medidas que se llevarán a cabo de acuerdo al artículo 155 de la Constitución, que contemplaría, entre otras cosas, la destitución inmediata del Gobierno de Cataluña y de su presidente, Carles Puigdemont, y sus consejeros.
Tras esta declaración de independencia, el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, ha publicado un mensaje en su cuenta oficial de Twitter donde pide calma a los españoles y asegura que “el Estado de Derecho restaurará la legalidad en Cataluña”.
Pido tranquilidad a todos los españoles. El Estado de Derecho restaurará la legalidad en Cataluña. MR
— Mariano Rajoy Brey (@marianorajoy) 27 de octubre de 2017El Cardenal Antonio Cañizares, Arzobispo de Valencia, declaró el día anterior a la proclamación de la independencia de Cataluña, que “en estas horas cruciales que vive España, lo que más necesita es la misericordia, el amor, la reconciliación y la paz, que es lo que nos da el Santo Cáliz, la sangre derramada de Cristo por todos”.
Asimismo, como se recuerda, el pasado 27 de septiembre los obispos de la Conferencia Episcopal Española publicaron una declaración conjunta sobre “la grave situación que se vive en Cataluña”.
En esa nota, presentada por el Presidente de la CEE, el Cardenal Ricardo Blázquez, se precisaba que “en esos momentos graves la verdadera solución del conflicto pasa por el recurso al diálogo desde la verdad y la búsqueda del bien común de todos, como señala la Doctrina Social de la Iglesia”.
También insistieron en que “es necesario que, tanto las autoridades de las administraciones públicas como los partidos políticos y otras organizaciones, así como los ciudadanos, eviten decisiones y actuaciones irreversibles y de graves consecuencias, que los sitúe al margen de la práctica democrática amparada por las legítimas leyes que garantizan nuestra convivencia pacífica y origine fracturas familiares, sociales y eclesiales”.
El contexto de la crisis
El origen de esta crisis se remonta a 2012, cuando el gobierno autonómico de Cataluña reclamó al Presidente del Gobierno español un acuerdo fiscal que les diera absoluto control de las finanzas en su territorio, algo a lo que se negó el Gobierno español, inmerso en una profunda crisis económica.
Tras la negativa, y presionado por fuerzas de izquierda radical, el entonces Presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas, decidió emprender un proceso independentista que pretendió alcanzar su culmen con el referéndum del 1 de octubre de 2017, el cual fue declarado ilegal por el Tribunal Constitucional español.
Sin embargo, la Generalitat de Cataluña, con Carles Puigdemont en el poder, llevó adelante el referéndum.
Declaración de independencia en suspenso
Días después, Puigdemont anunció que los resultados del 1 de octubre daban a Cataluña “el derecho a ser un estado independiente”. Sin embargo, pidió al Parlament que dicha independencia quedara suspendida durante varias semanas “porque el momento demanda una desescalada de la tensión”.
Por eso aseguró que esa suspensión de la declaración unilateral de independencia pretende “emprender un diálogo, para llegar a una solución acordada para avanzar en las demandas del pueblo de Cataluña” ya que “la multitud de propuestas de intermediación (…) todas han pedido un tiempo para llegar a un acuerdo”.
“Si todo el mundo actúa con responsabilidad, el conflicto se puede resolver de manera serena. Por nosotros no quedará”, aseguró el presidente de la Generalitat, quien también declaró que esta decisión es “un gesto de responsabilidad y generosidad. Así en los próximos días el conflicto entre el Estado español se puede resolver de manera acordada”.
Respuesta de la oposición
Inés Arrimadas, líder de Ciudadanos, principal partido de la oposición en Cataluña, fue la primera en responder a Carles Puigdemont en el Parlamento catalán.
Le acusó de “romper la convivencia de los catalanes” y aseguró que se trata de “la crónica de un golpe anunciado, un golpe a la democracia, a este Parlamento, a España y a la Unión Europea”.
“Ustedes son del peor nacionalismo que ha existido en Europa” y subrayó que “representan la división, el supremacismo y la insolidaridad; frente a la unidad, la igualdad y la solidaridad que representa Europa”.
Arrimadas aseguró que este desafío independentista ha conseguido “despertar a una mayoría silenciada por ustedes, por sus discursos y por sus medios de comunicación” e insistió en que “La mayoría de catalanes se sienten catalanes, españoles y europeos”.
La líder de Ciudadanos en Cataluña lanzó un mensaje los catalanes no independentistas: “No estáis solos, vamos a seguir luchando y vamos a salir a ganas en las elecciones de verdad, en las que no se pueden votar tres o cuatro veces y que dan mucho miedo al Govern”, porque “la mayoría de los catalanes creen que Cataluña es su tierra; España su país y Europa su futuro”.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 27 de septiembre de 2017
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