En entrevista, el Cardenal Francisco Robles Ortega aborda temas como las vocaciones sacerdotales del Seminario de Guadalajara, su trabajo que recientemente concluyó en la Conferencia del Episcopado Mexicano, el trabajo de los medios electrónicos en la evangelización y la pederastia.
Señor Cardenal, el Seminario de Guadalajara es uno de los más importantes de Latinoamérica por el número de vocaciones con las que cuenta. ¿A qué le atribuye este éxito?
El Semanario de Guadalajara siempre se ha distinguido por el número de vocaciones, yo creo que mucho contribuye el ambiente de fe y el ambiente religioso que todavía priva en esta región, además, creo que cuenta mucho el clima familiar, es decir, el aprecio y la vivencia familiar; también creo que es importante el testimonio de los mártires que está presente en la memoria y en la conciencia de muchas personas; todo esto contribuye a que haya un terreno fértil para que el adolescente, el joven, escuche el llamado.
Junto con este ambiente externo, también debo decir que hay un trabajo muy bien organizado por parte de la Arquidiócesis, en concreto, por parte del Seminario, un gran equipo que permanentemente lleva a cabo la promoción vocacional en las parroquias, invitando a los acólitos y a los jóvenes en general, para que se acerquen al seminario.
Todo esto contribuye a que tengamos numerosas y buenas vocaciones y, desde luego, la oración, siempre en las parroquias se fomenta la oración, para pedir por las vocaciones a la vida cristiana, a la vida laical, a la vida matrimonial, a la vida religiosa y a la vida sacerdotal.
¿Cuáles son los retos que enfrenta en estos momentos el Seminario de Guadalajara?
El reto más grande que presenta actualmente, es dar a los jóvenes de ahora una formación acorde a su condición de vida; me refiero a esto: los jóvenes de ahora que aspiran al sacerdocio, son jóvenes distintos a los de hace tres décadas y esto lo experimenten los mismos formadores, porque se dan cuenta que el esquema que se utilizó en la formación de ellos, ya no aplica al cien por ciento con los jóvenes de hoy.
Entonces el reto más grande, es que el equipo formador tenga una preparación adecuada como formadores, permanente para que puedan responder a los retos de los jóvenes de hoy, teniendo en cuenta que el Seminario ofrece una formación integral, es decir en el aspecto humano, en el aspecto espiritual, en el aspecto intelectual y en el aspecto pastoral.
El joven de ahora es muy mediático, se rige por los medios, pero esto conlleva un cierto individualismo, una vivencia individualista, el joven de ahora es más cerrado a vivir, a trabajar en equipo y esto es un reto en la formación de los futuros pastores.
Precisamente, en esta nueva dinámica, en donde las redes sociales juegan un papel fundamental en la formación de los jóvenes… ¿Cuál es su opinión de los medios de comunicación en estos tiempos, son de utilidad para evangelizar?, ¿Cómo ve el trabajo de los medios electrónicos en general?
Son instrumentos que están ahí, que pueden ser utilizados para el cumplimiento de esta misión de evangelizar, conlleva sus riesgos, con sus limitaciones también, pero son medios que si están dando este alcance hay que aprovechar.
Hablando sobre la agenda de ideología de género y el tema del aborto en nuestro país, ¿cuál es la opinión de la Iglesia Católica de México?
La Iglesia siempre ha sido muy clara y muy enfática en su postura del respeto a la vida, considerando la vida como el máximo valor desde su concepción hasta su muerte natural. Creo yo que en gran parte de la sociedad, se está posicionado este concepto de la vida y ese respeto por la vida, sin embargo las agendas que se manejan políticamente y en algunos medios, a veces desconciertan a muchas personas, que aun siendo católicos, aun siendo creyentes, les ponen por así decir, un dilema y una duda.
Yo creo que sí ha habido manifestaciones grandiosas, masivas, como una expresión de que se respete la vida, de que se respete la educación y de que se descarte el tema de la ideología de género. Creo que ha habido una manifestación muy significativa de esto y creo que las autoridades deberían de atender y de respetar.
¿Cuál es la recomendación que le haría Usted a los católicos, que están en medio de las redes sociales y expuestos a las opiniones de diferentes actores en este tema de la ideología de género y el aborto?
La invitación a los católicos es que estén abiertos a conocer lo que significa la vida y lo que significa el aborto, lo que significa la ideología de género.
Es decir, que el católico sea un católico formado e informado, para qué con este criterio, con base a la información y a la formación, tenga un criterio para posicionarse ante estos temas.
En noviembre pasado, concluyó su trabajo al frente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) por un lapso de dos trienios. ¿Cuál fue su experiencia?
Lo primero que tengo que decir, es que es un servicio que los obispos piden a un hermano obispo para que los presida en la coordinación, en el impulso de la tarea evangelizadora en México, para mí fue un aprendizaje, por esta oportunidad de servir a un grupo como es el Episcopado. Uno tiene la oportunidad de aprender de los demás obispos, aprender de la organización, aprender de las acciones cómo llevarlas a cabo, por eso, lo primero que digo, es que para mí fue un aprendizaje.
Lo segundo más relevante, fue organizar la visita del Papa Francisco a México porque me tocó participar en la organización de su visita y también percibir el gran bien que hizo el Papa con sus discursos, con su presencia y visitas especialmente a los estados más necesitados en la falta de presencia del Papa. Recordemos que el Santo Padre eligió ir a lugares que otros papas no habían visitado.
También recordar que él nos dejó una tarea muy importante, que nosotros como obispos debiéramos hacer un proyecto pastoral que abarque toda la realidad que vive la Iglesia en este momento y la sociedad en México y que sea un proyecto de grande respiro y de grande alcance; nos dimos a la tarea de cumplir ese encargo del Papa y como fruto de este trabajo fue el Proyecto Global de Pastoral para celebrar en el año 2031, el 500 aniversario de las apariciones de Nuestra Señora de Guadalupe y celebrar el 2033 aniversario de la redención.
Es un proyecto que lo hicimos entre todos los obispos con la participación del presbiterio, de los laicos y ahora una vez terminado y aprobado, estamos en la tarea de darlo a conocer e implementarlo en todas las diócesis. Esta es mi experiencia de haber servido a la conferencia.
¿Cuáles son los retos que enfrenta la CEM en este nuevo gobierno federal encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador?
Yo creo que manteniendo el espíritu que siempre ha mantenido la Iglesia, de apertura, de respeto, de dialogo, en este contexto, la nueva presidencia del Episcopado Mexicano y el nuevo gobierno, deben mantener esa cercanía respetuosa, institucional, de dialogo, para buscar el bien de la sociedad y el bien de México.
Creo que todos coincidimos en que México necesita pacificarse, hay un esfuerzo grande de la Iglesia para conseguirlo, sobre todo en las diócesis más violentas, en los Estados más violentos, también hay una preocupación muy grande de terminar con la violencia, con el crimen organizado, con todo lo que la violencia implica.
También el tema de la educación, de la vida, de las oportunidades de trabajo, el tema de los migrantes, todos esos temas que están en la agenda del país, están en la mente y en el corazón de los obispos y, creo que también están en la preocupación del gobierno, de tal manera que pudieran ser temas de convergencia y de colaboración mutua.
Señor Cardenal, otro tema que preocupa a la sociedad mexicana es el de la pederastia, ¿Qué nos pudiera decir al respecto?, ¿Cuál es la postura de la Iglesia?, en Jalisco ¿Qué se hace cuando se detecta un delito de este tipo?, ¿Qué pasa con las familias de las víctimas?
Lo primero que yo percibo es que es un capítulo sumamente doloroso para la vida de la Iglesia, puesto que se descubre que muchos de sus miembros cualificados, dedicados precisamente a la evangelización, a la construcción de las vidas nuevas, tristemente se desviaron para cometer este tipo de delitos con menores.
Es un capitulo muy doloroso, muy triste que nos está enseñando mucho, nos está enseñando a tratar el tema, a poner la máxima atención a las víctimas, prestarles toda nuestra atención, escucharlos, recibirlos, atenderlos y no sólo para escuchar su versión, sino para tratar después al supuesto que infringió el delito y para que, como está mandado ahora, lo pongamos en conocimiento a las autoridades y las autoridades procedan.
Por otra parte, estamos obligados a seguir nosotros un proceso interno que va hasta la Santa Sede y normalmente concluye con la separación definitiva del ministerio sacerdotal, lo que equivale al principio de cero tolerancia.
No solo hay que escuchar a las víctimas, hay que ofrecerles la ayuda profesional, psicológica que necesiten, es decir, hay que pagar los daños que se hayan causado a los menores.
Estamos en ese proceso, estamos en esa actitud, estamos en la aplicación de los criterios que emanaron de la reunión plenaria de hace unas semanas, que el Papa Francisco convocó por primera vez a través de los presidentes de las conferencias de todo el mundo y, que se acaba de llevar a cabo en Roma. Yo estoy seguro que en la próxima asamblea de abril vamos a tener más detalladamente lo que ahí se concluyó, los que participaron nos lo pongan en la mente y el conocimiento de todos los obispos para seguirlo implementando.
Habla de cero tolerancia, ¿cuándo se recibe una acusación de éste tipo qué procede?
Cuando se recibe una acusación que tiene claro viso de ser real, por lo que toca al proceso interno, se le debe de separar inmediatamente del sacerdocio, del ejercicio, de la encomienda ministerial que tiene ese sacerdote; se le separa y se le permite que celebre en privado, se abre la averiguación previa por parte de la Iglesia, por parte del Arzobispado y el acusado tiene también derecho de manifestar su punto de vista, su defensa.
Y por lo que toca a la víctima, además de atenderlo escuchándolo, hay que atenderlo con el apoyo psicológico que requiere, a veces no sólo él, también a la familia, a todos los que participaron en el conocimiento de esa experiencia hay que atenderlos y hay que dar parte a las autoridades correspondientes, a la fiscalía, no hay que acusar, solamente hay que avisar: nos ha llegado una acusación que tiene vicos de verdad y ellos tednráan que averiguar, instruir y llegar hasta sus últimas consecuencias.
Lo que ya resulté del proceso interno se manda a la Congregación a Roma y cuando se verifica se comprueba que efectivamente fue así, repito, la sentencia está viniendo siempre con la separación definitiva del ministerio.
El acompañamiento de las víctimas es fundamental, porque es una situación que destroza vidas, no sólo del afectado, también de sus familiares. ¿Cuánto puede durar el acompañamiento?
Esto lo decide el grupo de psicólogos, de especialistas con los que asisten, ellos son los que establecen el tiempo, las sesiones el tipo de dinámicas que tienen qué seguir, ellos son los que establecen. Se han registrado casos de personas que pronto abandonan el proceso, se les busca y se les invita que regresen a su terapia porque estas personas quedan marcadas, hay ocasiones en que ellas creen que en este momento no necesitan de la ayuda, de la plenitud del tratamiento, pero va a llegar un momento en que sí lo van a necesitar, pero son raros los que no concluye, la mayoría termina su proceso de acuerdo a lo que determina el especialista.

Publicar un comentario