Los hermanos D´Orville llegaron hace 25 años a Puerto Rico desde la
República Dominicana. Son muy distintos: Francisco es conversador y
Jonnatan es más reflexivo; lo que le gusta a uno, no le gusta al otro.
Un día Francisco invitó a Jonnatan a participar de un retiro, pero no
acudió porque era una invitación de su hermano. Con el tiempo ambos se
acercaron más a Dios y ahora la misión de dar doctrina en sus tiempos
libres es su punto de contacto. Organizan juntos un curso de catecismo
para amigos y un club juvenil para los hijos. El sentido de misión los
unió. Aprendieron a respetarse, a quererse y a buscar lo mismo en la
vida.

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