Este es el rostro de María Valtorta anciana de la que tantas veces os he hablado. La mujer que escribió, durante la II Guerra Mundial, una obra que algún día estará en todos los seminarios del mundo. Una obra que ha arrastrado la polémica desde el primer día, pero que estará rodeada de la gloria más grande que se pueda tributar a un libro humano. Su libro no es sagrado, solo es sagrada la Biblia. Pero su libro es un libro santo como pocos, como muy pocos.
Esta mañana estaba escribiendo sobre el infierno y no he encontrado una cita en el tomo VII de la versión online del Poema del Hombre-Dios de Valtorta. La cita que he buscado es cuando los Apóstoles le preguntan a Jesús Resucitado si Judas será perdonado al final.
Jesús responde que no. Pero usa unas palabras que quería revisar y ponderar. Por favor, si alguien las puede encontrar que me escriba la cita en los comentarios. Con la cita literal, puedo encontrar el texto en el libro, sin necesidad de dar más datos de página o capítulo.
La contestación de Jesús no sorprende lo más mínimo, porque, en las conversaciones privadas, a solas, con Judas, Él le había advertido que su salvación eterna estaba totalmente en juego. Se lo dijo tan claro… Se lo repitió tantas veces.
En esa obra de miles de páginas, los consejos y advertencias del Mesías al traidor resaltan de un modo tremendo. ¡Cuántas veces pudo dar marcha atrás! Y después están los pasajes de la madre de Jesús. Os aseguro que he llorado mucho al leer esos pasajes. Quién es el guapo que escucha la última conversación del Salvador con la madre del traidor y no se emociona. Y no digo más para no revelaros una historia que hay que leer capítulo a capítulo. ¡Y que sea de tan pocos conocida esta obra!
María de Keriot, Margzian (el futuro san Marcial), Lázaro son personas muy queridas para mí. Ayer leí, delante del sagrario, la aparición de Jesús, tras la Resurrección, a un venerable y fiel rabino de la sinagoga de Engadí. Me tocó el corazón totalmente. Y era la sexta vez que leía ese pasaje. Le pido a Dios que nunca me canse de leer esta vida de Jesús, porque es para mí una fuente de entusiasmo, de ilusión, de ánimo en el seguimiento del Evangelio.
Desgraciadamente, también está presente el Mal. A un miembro del Sanedrín, le dice que efectivamente ya no se volverán a ver hasta el día en que él (el fariseo) le juzgue (a Jesús), pero que la siguiente vez que se verán será cuando Él (Jesús) sea el que le juzgue a él. Y las palabras que le dice al fariseo no las desearía para mi juicio. Son palabras terribles.
A otro hombre, que está cortando leña, cuando le deja, les dice a los Apóstoles que esa era la última posibilidad para su conversión y que la ha rechazado. Y que, por eso, la Misericordia le rechaza a él.
Como he dicho al principio, si alguno sabe dónde está esa respuesta de Jesús en el VII tomo, se lo agradecería que me lo dijera.
Publicar un comentario