Por los ancianos que están solos, por los trabajadores que no saben si conservarán su empleo, por los trabajadores sanitarios que no saben si se contagiarán, y por todas las personas que de un modo u otro padecen esta epidemia en medio de una gran incertidumbre.
“Estos días de tanto sufrimiento, de tanto miedo, miedo de los ancianos, que están solos en las residencias, o en los hospitales, o en sus casas y no saben qué sucederá… El miedo de los trabajadores sin empleo fijo que piensan cómo dar de comer a sus hijos, y ven venir el hambre”.
“El miedo de tantos servidores sociales que en este momento ayudan a la sociedad a ir adelante y que pueden coger la enfermedad. También los miedos de cada uno de nosotros. Cada un sabe cuál es la suya”, fueron las palabras del Santo Padre.
El Papa finalizó pidiendo rezar y ofrecer la Misa “para que nos ayude a tener confianza y a tolerar y vencer los miedos”, fueron las palabras del Santo Padre”.
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