“Que el ejemplo de este Obispo de Roma, que ha alcanzado las cimas de la santidad, anime a todos a abrazar generosamente los ideales del Evangelio”, dijo el Santo Padre durante la Audiencia General del miércoles de esta semana.
No es la primera vez que el Papa Francisco habla del legado que San Pablo VI dejó para la Iglesia Católica.
Por ejemplo, durante la Misa matutina en casa Santa Marta del pasado 16 de abril, el Pontífice animó a “ser evangelizadores alegres'' y recordó las palabras de San Pablo VI en la Exhortación Apostólica sobre la Evangelización Evangelii nuntiandi.
En esa ocasión, el Santo Padre destacó la importancia de ser “cristianos alegres” e indicó la importancia de esta Exhortación Apostólica papal publicada el 8 de diciembre de 1975.
“Recuerdo los últimos números, los últimos párrafos de la Exhortación Evangelii nuntiandi” de San Pablo VI, “cuando habla de cristianos alegres, evangelizadores alegres, y no de aquellos que siempre viven decaídos”, advirtió el Papa.
El #EvangeliodeHoy (Lc 24,35-48) es uno de mis preferidos: “La alegría les impedía creer” (v. 41). Estar lleno de alegría no es ser alegre, positivo, es otra cosa; es la plenitud de la consolación, la plenitud de la presencia del Señor. #HomilíaSantaMarta
— Papa Francisco (@Pontifex_es) April 16, 2020En esta línea, el Santo Padre señaló también durante la homilía de esa Eucaristía que el pasaje del Evangelio de San Lucas (Lc 24, 25-48) es “uno de sus preferidos”, por lo que aprovechó para recordar la importancia de la alegría cristiana que “que no es ser alegre, positivo” sino que “es la plenitud de la presencia del Señor”.
San Pablo VIGiovanni Battista Montini fue canonizado por el Papa Francisco el 14 de octubre de 2018 en la plaza de San Pedro junto a Mons. Oscar Romero, las religiosas Nazaria Ignacia de Santa Teresa de Jesús March Mesa y María Caterina Kasper, los sacerdotes Francesco Spinelli y Vincenzo Romano, y el laico Nunzio Sulprizio.
La biografía de San Pablo VI tiene todavía numerosos datos poco conocidos. En un artículo publicado por el diario oficial de la Santa Sede, L’Osservatore Romano, han sido publicadas algunas de sus consideraciones epistolares.
Varios ejemplos, desde consideraciones espirituales que el joven sacerdote escribió en 1922 a su director espiritual, P. Paolo Caresana, o incluso, algunas frases de una carta que escribió a un amigo cuando aún era seminarista, ocho días antes de su ordenación diaconal.
En esas misivas personales, el joven seminarista Montini confiaba cuánto era importante para él la oración del Magnificat pronunciada por María y que San Lucas describe.
En este sentido, L’Osservatore Romano resalta que el amigo de Pablo VI, Jean Guitton, destacó que “escuchando hablar al Santo Padre sobre el sacerdocio con tal conmoción” se preguntó si la oración del Magnificat podría ser “su secreto, su misma substancia. Ya que el resto de las cosas que el Papa hacía no eran más que una ‘expansión’ de su vocación, de su ser sacerdote”.
“San Pablo VI fue el primer Papa que escribió una Exhortación sobre la alegría cristiana, Gaudete in Domino, a la mitad del Año Santo de 1975”, se lee en el artículo “ser sacerdote para ser santo” escrito en italiano en que la autora comenta que San Pablo VI “confiará siempre en su íntima alegría pascual, que debe animar sobretodo la vida de los ministros de Dios, para difundirse entre los hombres”.
Por último, esta nota de L’Osservatore Romano subraya que la aspiración de San Pablo VI fue la de “un ministerio cercano a los hombres de su tiempo” el cual “permanecerá constante en su reflexión espiritual” tal como el mismo San Pablo VI escribió en algunos apuntes que “habría deseado una vida sacerdotal como ‘un vice-párroco o un párroco humilde, sabio’”.
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