El Papa Francisco hizo referencia a estas circunstancias y animó a convertir estas limitaciones en una oportunidad de oración y solidaridad hacia los que más sufren las consecuencias de la pandemia.
Este sábado 12 de diciembre, el Pontífice recibió en el Vaticano a los organizadores del concierto de Navidad del Vaticano y a los artistas que participarán en el espectáculo.
En la audiencia, el Papa señaló que, “este año, las luces de Navidad un poco apagadas son motivo de oración y de recuerdo de las muchas personas que han sufrido y sufren a causa de la pandemia”.
En esta situación “hemos escuchado todavía más fuerte la interdependencia que nos une a todos”.
En el encuentro, el Papa citó tres “movimientos” que pueden reconocerse en la creación artística.
El primer movimiento es el de los sentidos, “que se acogen con estupor y asombro”. Un segundo movimiento se refiere al de la interioridad de la persona. “Una composición de colores, de palabras o de sonidos tiene la fuerza de llegar al alma humana”.
El tercer movimiento es “la percepción y la contemplación de la belleza que generan un sentido de esperanza que se irradia también sobre el mundo que le rodea”.
Francisco subrayó que “este triple movimiento de maravilla, de descubrimiento personal y del compartir, produce un sentido de paz el cual nos libra de todo deseo de dominio sobre los demás, nos hace comprender las dificultades de los últimos y nos empuja a vivir en armonía con todos, una armonía vinculada a la belleza y a la bondad”.
El Papa aseguró a los artistas que participarán en el Concierto de Navidad del Vaticano que “también en la crisis provocada por la pandemia vuestra creatividad puede generar luz. La crisis hace más oscuras las sombras de un mundo cerrado y parece oscurecer la luz del divino, del eterno. No cedamos ante este engaño. Busquemos la luz de la Navidad, la que disipa la oscuridad del dolor y de las tinieblas”.
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