“El aborto no salva vidas. El aborto mata al niño, daña a la mujer, margina al padre de sus obligaciones de cuidado de ambos, desnaturaliza la función sanitaria del Estado y pervierte la vocación médica”, escribieron los filósofos en una carta abierta de seis páginas.
La misiva señala que en este contexto de pandemia y “de dolor, resulta chocante que sea el mismo Poder Ejecutivo Nacional el que no solo propicie, sino redacte y envíe esta ley de muerte con la irracional excusa de dar respuesta a un problema de salud pública”.
“Por eso, nosotros –estudiantes, estudiosos y docentes de Filosofía–, nos volvemos a manifestar por la vida en oposición a un proyecto de ley de legalización del aborto, que solo la ingeniosa hipocresía de los hombres puede llamar ‘interrupción del embarazo’”.
“Esto ya nos obligó a salir a la calle el año 2018. Hoy, volvemos a dejar nuestras tareas para poner nuestras reflexiones al servicio de los seres humanos más desamparados”, agregó la red.
Los filósofos resaltaron que “un principio fundante de la Ética es que toda vida humana debe ser respetada”. “Sostenerlo y desarrollar todas sus virtualidades, sin beneficio propio y aun contradiciendo intereses económicos internacionales es el verdadero avance”.
“El reconocimiento de derechos y deberes, particularmente de los derechos de los más débiles y lejanos y los deberes de los más poderosos, es signo de nuestra humanidad. Cuestionar el intrínseco derecho a la vida, para ponerlo a disposición del deseo de otro, no es volvernos más humanos, es deshumanizarnos”, aclararon.
La Red de Filósofos por la Vida subrayó que “la vida no se debate”, y por lo contrario, “lo que se debate son alternativas para sostener y continuar con la vida de la madre y el hijo frente a la multiplicidad de adversidades que pueden ir atravesando y los hacen especialmente vulnerables”.
Respecto a que el proyecto de legalización del aborto establece que esta práctica se podrá realizar “hasta la semana 14 inclusive, del proceso gestacional”, la carta señala que “una persona tiene derecho a disponer de su cuerpo y sus funciones (digestión, circulación, sueño, gestación, etc.) durante todo el tiempo” y “no durante cierto tiempo”.
“¿Quién es éste al que se le reconocen derechos? Claramente es una persona, si no, no los tendría. Y si es una persona ¿por qué tendría derechos a partir de ese punto y no previamente? Antes existía. Es evidente que se trata del mismo ser viviente que estaba allí el día anterior”, precisaron los filósofos.
Luego, la misiva añade: “No hay ‘gestación’ sin ‘gestado’. Si la gestación lleva 14 semanas, el gestado también. ¿Por qué a las 14 semanas se le reconocen derechos que se le niegan a las 13? Si los derechos los tiene por ser un ser humano, es evidente que lo era ya con anterioridad”.
Asimismo, se recordó que “el ordenamiento jurídico constitucional argentino protege, sin excepciones, el derecho a la vida de todo niño desde el instante de su concepción”. “Así lo encontramos en las Disposiciones del Art. 2, Ley N° 23.849. Con la ratificación argentina de la Convención sobre los Derechos del Niño, y Art. 6.1 de dicho instrumento que goza además, de jerarquía constitucional en nuestro país”.
Al final de la carta, los filósofos subrayaron que “todo hombre es persona”.
“Si los derechos humanos son universales – ¡y tanto ha costado reconocerlo!– valen para todos. Y ‘todos’, debe ser ‘todos’. La muerte de un inocente nunca será una solución”, concluyeron.
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