El Pontífice se despidió de la presidenta de la república en la pista del aeropuerto de la capital eslovaca y embarcó junto con su séquito en el avión de la compañía de Alitalia que lo traslada de regreso a la capital de Italia.
Se trata del último viaje que un Papa realiza con la compañía Alitalia, que cerrará definitivamente el próximo 15 de octubre, después de haber sido la aerolínea empleada para todos los viajes papales al extranjero, desde que en 1964 el Papa Pablo VI visitó Tierra Santa.
El Santo Padre ha puesto así punto y final a un viaje apostólico que le ha llevado desde el 12 y hasta este miércoles 15 de septiembre a Budapest, capital de Hungría, para clausurar el Congreso Eucarístico Internacional, y a Eslovaquia, donde realizó una visita apostólica al país.
En Eslovaquia, el Pontífice ha cumplido algunos hitos. Tanto en sus encuentros con las autoridades civiles, como con los obispos y el clero, el Papa se refirió al futuro del continente, como cuando alentó a “soñar una Europa libre de ideologías” para que sea más fecundada por el Evangelio”.
En ese sentido, hizo un llamado a incrementar los esfuerzos del diálogo ecuménico pues, “¿cómo podemos desear una Europa que vuelva a encontrar las propias raíces cristianas si somos nosotros los primeros desarraigados de la plena comunión? ¿Cómo podemos soñar una Europa libre de ideologías, si no somos libres para anteponer la valentía de Jesús a las necesidades de los distintos grupos de creyentes?”.
Durante el encuentro que mantuvo con las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático en el jardín del Palacio Presidencial de Bratislava, hizo un llamado a la fraternidad en Europa, una fraternidad que urge en el contexto de la pandemia de coronavirus para impulsar los planes de integración y recuperación de la Unión Europea.
El 13 de septiembre, Francisco se reunió con la comunidad judía de Eslovaquia donde aseguró que “el nombre de Dios fue deshonrado” con los asesinatos de la Segunda Guerra Mundial.
Por tercera vez celebró la Misa en rito bizantino, rito propio de las Iglesias católicas orientales y de las Iglesias ortodoxas.
Esto ocurrió el martes 14 de septiembre cuando presidió la celebración de la Divina Liturgia Bizantina de San Juan Crisóstomo en la localidad de Presov.
Ese día, el Santo Padre mantuvo también un emocionante encuentro con la comunidad gitana de Eslovaquia en el barrio Luník IX de la ciudad de Kosice, donde se encuentra la mayor comunidad rom del país.
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