De Madrid se va un buen pastor y llega otro buen pastor


Empezaré diciendo que no me ha gustado nada la manera en que se hizo pública la aceptación de la renuncia del cardenal Rouco por parte del Papa ni la forma en que se ha dado a conocer el nombre del sucesor de los apóstoles -que no del purpurado gallego- para la archidiócesis de Madrid. Lo del secreto pontificio puede que tenga mucho de pontificio, pero en estas circunstancias de secreto no ha tenido ni el primer trazo de la letra “s”. Soy parte de este negociado del mundo de la comunicación y se supone que debería estar encantado de que se den este tipo de primicias, pero como antes de nada soy bautizado y miembro de la Iglesia, todo me parece una falta de respeto hacia los pastores y en cierta manera hacia el resto del pueblo de Dios. Es más, me aseguran que al papa Francisco este tipo de cosas le sientan muy mal. Veremos si no hay consecuencias a corto-medio plazo.


Madrid ha contado con un obispo al frente de la diócesis, S.E.R Antonio María Rouco Varela, durante casi 20 años. En octubre los habría cumplido. Dado que yo llevo 14 años en tierras aragonesas y en octubre se cumplirán 15 desde mi regreso a la Iglesia, apenas le tuve como pastor durante un año. Así que en vez de opinar sobre lo que apenas conozco, dejaré que lo haga un sacerdote madrileño, el P. Jorge González, que entre sus muchos frutos pastorales figura el de tener uno de los blogs más leídos en InfoCatólica. Cito de uno de sus posts:




Madrid hoy, y para empezar, es una diócesis viva y muy normalizada. En cualquier parroquia se predica mayoritariamente sin demasiadas estridencias, la liturgia ha mejorado mucho y estamos en un camino de normalidad muy de agradecer.


Gozamos de unos seminarios vivos que nos están regalando cada año una media de veinte nuevos sacerdotes, que muchos quisieran.


Se ha pasado de un estudio teológico dependiente de otros, a una espléndida facultad de teología que hoy es referente en Madrid, gran parte de España y numerosísimos centros de estudio del extranjero. Pero es que san Dámaso, además de la facultad de teología, ha aumentado el número de facultades y estudios hasta ser todo un referente. Bien es verdad que, mientras, otras facultades clásicas languidecen. Así son las cosas.


En los casi veinte años que lleva el cardenal de obispo de Madrid, se han inaugurado más de sesenta complejos parroquiales de nueva construcción, algo que causa asombro desde luego en toda Europa, donde no se conoce fenómeno parecido. Y de estos más de sesenta centros nuevos, veinte en las vicarías IV y V que comprenden las zonas más desfavorecidas de Madrid.


Me vendrán ahora con lo de los pobres. Pues hablemos de eso. Merece la pena echar un vistazo a los datos de Cáritas Madrid. Voluntarios, proyectos, ayudas. Para tomar ejemplo.


¿Y en las cosas pequeñas, el día a día, los sacerdotes…? Supongo que nadie pretenderá que un obispo que tiene a su cargo la diócesis de Madrid, la presidencia de la conferencia episcopal, y que además es cardenal de la santa iglesia, se pase el día llamando por teléfono a cada cura a ver cómo anda de colesterol. Madrid tiene más de seiscientas parroquias y pasa de los dos mil sacerdotes con cargo pastoral. Añadamos religiosos y religiosas, obras institucionales y demás. No pidamos imposibles. Y con todo y eso, si un sacerdote pide hablar personalmente con su obispo y con urgencia, es recibido inmediatamente donde sea y como sea.



Poco más puedo añadir. Es obvio que no todo ha sido maravilloso -p.e., caso Entrevías- pero la archidiócesis de Madrid está hoy mejor que hace 20 años. Luego está, faltaría más, el papel del cardenal al frente de la CEE, pero eso daría para otro post.


¿Y quién llega a Madrid? Pues un arzobispo cuya espiritualidad ha bebido de la gracia que Dios ha concedido a su Iglesia por medio de un santo varón sacerdote como fue el P. José Rivera . Comparte esa característica con unos cuantos obispos españoles y no pocos hispanoamericanos, lo cual es en sí mismo síntoma de que en Rivera y por él, el Señor ha querido dar muy buenos dones a su Iglesia. Don Carlos Osoro coincidió con el sacerdote toledano en su etapa en Salamanca. Fue allí donde quedó impregnado de esa espiritualidad asentada en la soberanía absoluta de la gracia divina. Si Dios le concede la gracia de aportar siquiera un poco de ese carisma a la iglesia diocesana madrileña, especialmente al seminario, llegarán grandes frutos.


Por otra parte, su trayectoria como obispo en Orense, Oviedo y Valencia indica que estamos ante un pastor con una experiencia acumulada que le facilitará mucho su labor al servicio de la Iglesia en Madrid. En tierras levantinas le quieren mucho y creo que si algo cabe destacar de sus años como arzobispo de Valencia es su labor entre los jóvenes, entre quienes se mueve como pez en el agua.


En definitiva, creo que el papa Francisco ha hecho una magnífica elección para la Iglesia en Madrid y en España. Si se confirma la llegada de Mons. Celso Morga a la archidiócesis extremeña, estaremos ante otra muy buena noticia. Quiera Dios que el Santo Padre siga acertando en futuros nombramientos episcopales para esta Tierra de María. Falta nos hará, porque en los próximos 5 años habrá decenas de ellos.


Luis Fernando Pérez Bustamante



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