El Papa Francisco ha querido referirse públicamente al proceso que se siguió en la redacción del documento, así como a lo que se vivió realmente en el Aula Sinodal entre los participantes.
El Pontífice recalcó que “ninguna intervención puso en discusión las verdades fundamentales del Sacramento del Matrimonio”. Estas son “la indisolubilidad, la unidad, la fidelidad y la apertura a la vida”.
El Papa explicó que pidió a los Padres sinodales “que hablaran con franqueza y coraje y que escucharan con humildad”, por lo que “ni hubo censura previa”. “Cada uno podía, es más, debía decir lo que tenía en el corazón, lo que pensaba sinceramente”.
El Santo Padre reconoció que “han hablado fuerte sí, de verdad”, pero destacó también que “esta es justamente la libertad que hay en la Iglesia”.
El Pontífice reconoció que “siempre cuando se busca la voluntad de Dios en una asamblea sinodal hay diversos puntos de vista y discusión”, pero “¡aquello no es una cosa fea!”.
Después de la Relación inicial del Cardenal Peter Erdö (relator general del Sínodo), “hubo un primer momento, fundamental, en el cual todos los Padres pudieron hablar y todos escucharon”, lo que, a juicio del Papa “era edificante”.
Según el Papa, todas las intervenciones fueron recogidas y para elaborar un borrador, la “Relación después de la discusión”, que también fue desarrollada por el Cardenal y se articuló en tres puntos: la escucha del contexto y de los desafíos de la familia; la mirada fija en Cristo y el Evangelio de la familia; la confrontación con las perspectivas pastorales.
Sobre esta primera propuesta de síntesis se llevó a cabo la discusión en los grupos divididos por idioma y “al final de su trabajo presentó una relación y todas las relaciones de los grupos fueron publicadas inmediatamente”. “Todo fue dado, había transparencia para que se supiera lo que sucedía”, aseguró el Papa.
El proceso continuó con una comisión que examinó todas las sugerencias que surgieron de los grupos lingüísticos y “se realizó la Relación final” que “ha tratado de acoger el fruto de las discusiones en los grupos”. Finalmente, “fue aprobado un Mensaje final del Sínodo, más breve y más divulgativo”.
“Todo ocurrió 'cum Petro et sub Petro”, es decir, con la presencia del Papa, que es garantía para todos de libertad y de confianza, y garantía de la ortodoxia. Y al final, con una intervención mía, di una lectura sintética de la experiencia sinodal”
A continuación explicó cuál es el proceso a seguir ahora de cara al nuevo Sínodo del próximo octubre. “La Relación final (…) fue publicada ayer y se envía a las Conferencias Episcopales, que la discutirán en vistas de la próxima Asamblea”.
El Papa Francisco recordó que el documento fue publicado “con las preguntas que se hacen a las conferencias episcopales” para lo que “se convierte en Lineamenta del próximo Sínodo”.
Para el Pontífice, “el Sínodo no es un parlamento” ya que “la estructura no es parlamentaria, es totalmente diferente: el Sínodo es un espacio protegido para que el Espíritu Santo pueda obrar”.
En este pasado Sínodo “no hubo enfrentamiento entre facciones” sino “un confronto entre los Obispos, que llegó después de un largo trabajo de preparación y que ahora continuará en otro trabajo, para el bien de la familia, de la Iglesia y de la sociedad”
Además, el Papa agradeció a los medios su labor, aunque durante el Sínodo “a menudo la visión de los medios era un poco en el estilo de las crónicas deportivas o políticas: se hablaba frecuentemente de dos equipos, pro y contra, conservadores y progresistas, etc.”.
El Sínodo Extraordinario sobre la Familia se celebró en el Vaticano entre el 5 y el 19 de octubre pasados. La próxima XIV Asamblea General Ordinaria tendrá lugar del 4 al 25 de octubre de 2015 sobre el tema "La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo".
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