En una entrevista difundida por la plataforma HazteOír, en el marco del Congreso Internacional sobre Libertad Religiosa Todos Somos Nazarenos #WeAreN2015 realizado del 17 al 19 de abril en Madrid (España), Eisham Ashiq señaló que su madre permanentemente la alienta a centrarse “en mis estudios y en mi fe”.
“Mi fe siempre me da el coraje para creer que, si Dios quiere, mi madre estará con nosotros. Lo primero que deberé hacer será agradecer a Dios el privilegio de ver de nuevo a mi madre en casa llevando una vida pacífica”, señaló la joven, que no cumplía los 10 años cuando su madre fue detenida y encarcelada.
En 2009, Asia Bibi trabajaba recogiendo frutas junto a otras mujeres musulmanas en Sheikhupura, cerca de Lahore (Pakistán). Al acercarse a un pozo local para beber algo de agua, la acusaron de haberla contaminado.
Un día después, su familia fue atacada por una turba y llevada a una comisaría como medida de “seguridad”. Ahí la acusaron de blasfemia contra el Islam.
En 2010 fue condenada a muerte, pero se ha presentado un recurso de apelación.
A mediados de abril, el Papa Francisco recibió a Eisham Ashiq y a su padre y esposo de Asia, Ashiq Masih, en el Vaticano. Ahí el Santo Padre le aseguró sus oraciones.
Papa Francisco al esposo de Asia Bibi: Rezo por ella, por ti y los cristianos que sufren http://t.co/2G9UBOgeAv
— ACI Prensa (@aciprensa) abril 15, 2015A continuación, la entrevista completa entre HazteOír y Eisham Ashiq:
¿Qué edad tenías cuando encarcelaron a tu madre?
Tenía casi 10 años.
¿Cómo era el día a día en casa con tu madre?
En el pueblo no había comodidades, la vida era dura de la mañana a la noche, pero llevábamos una vida feliz junto a mi madre. Quiero a mi mamá.
¿Os hablaba a ti y a tus hermanos de Dios?
Sí, es una mujer temerosa de Dios y con una gran fe. Siempre nos habló de Él y de Su bondad.
¿Cómo recuerdas el día en que estabas en el colegio y arrestaron a tu madre?
Aquel día yo estaba presente junto a ella y soy testigo de toda la maledicencia con la que obraron los vecinos.
¿Qué os hicieron esos hombres?
Mi madre estaba en su lugar de trabajo cuando llegaron varios hombres. La cogieron y la llevaron al centro del pueblo, donde ya había una multitud congregada. Nuestros vecinos y los musulmanes de los pueblos de alrededor la golpearon inhumanamente, la degradaron y la humillaron. Después, la policía arrestó a mi madre y se la llevó a la comisaría. Mientras la golpeaban pidió agua, pero nadie le ofreció un vaso de agua, no le daban tregua. Yo misma necesitaba agua porque me encontraba allí y me arrollaban de mala manera. Alguien me cogió y me empujó contra un muro. Estaban abusando de mi madre, le arrancaron la ropa.
¿Cómo ha sido vuestra vida familiar desde entonces?
Sin mi madre, nuestras vidas están totalmente destrozadas. La echamos terriblemente de menos, aunque mi padre cuida de nosotros. Pero no se puede reemplazar a mi madre. Queríamos compartir con mi madre muchas cosas que no podemos compartir con mi padre.
¿Tenías amigos musulmanes antes de que acusaran a tu madre de blasfemia? ¿Os dieron la espalda?
Éramos la única familia cristiana en un pueblo musulmán. Dejamos el pueblo porque nuestros amigos nos dieron la espalda. Eran maleducados con nosotros y decidimos marcharnos.
¿Qué te dice tu madre cuando vas a verla a la cárcel?
Hace poco fuimos a verla. Nos dijimos muchas cosas, pero recuerdo que me acarició la cara y me aconsejó que me centrara en mis estudios y en mi fe.
¿Tenéis miedo?
Sí, tenemos miedo por la acusación de blasfemia que pesa sobre mi madre y por otras muchas razones, mientras vivamos en Pakistán. Hace poco unos suicidas con explosivos nos atacaron en dos iglesias de Youhanabad. El noventa por ciento de la gente ha abandonado sus casas porque los musulmanes amenazan con quemar nuestra colonia. Yo estoy personalmente agradecida al ejército por haber controlado la situación.
¿Qué será lo primero que hagas cuando, si Dios quieres, tu madre salga de la cárcel?
Mi fe siempre me da el coraje para creer que, si Dios quiere, mi madre estará con nosotros. Lo primero que deberé hacer será agradecer a Dios el privilegio de ver de nuevo a mi madre en casa llevando una vida pacífica.
¿Ves posible un futuro de paz para los cristianos en Pakistán?
En mi humilde opinión y en mis actuales circunstancias, no es posible la paz para los cristianos en Pakistán.
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— ACI Prensa (@aciprensa) abril 17, 2015
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