En un comunicado difundido el 25 de abril, la Conferencia Episcopal Argentina lamentó que “el mundo asiste con horror a un incremento de formas de violencia que, desde distintos fundamentalismos religiosos, disfrazan intereses políticos y económicos, y afecta a muchas comunidades y grupos humanos de diversos credos, particularmente a cristianos en Medio Oriente, en el norte y centro de África y en otros lugares del mundo”.
Los Obispos llamaron la atención “sobre un aspecto de especial preocupación: la creciente e inadmisible violación del derecho a la libertad religiosa”.
“Hay manifestaciones violentas que producen especial estupor y reclaman una fuerte condena. Nos referimos a lo que ocurre en zonas de Siria e Irak donde los cristianos -ciudadanos de esos países y presentes en esas tierras desde hace más de dos mil años- están siendo asesinados u obligados a dejar sus casas y ciudades sin poder llevar consigo más que la ropa que tienen puesta, además de la destrucción de templos y monumentos culturales que son patrimonio de la humanidad”.
Los Prelados recordaron además “lo que acontece en Nigeria, Sudán y Pakistán, donde es corriente el secuestro –especialmente de mujeres y niñas- y las conversiones forzadas bajo pena de muerte”.
“Actualmente son los cristianos quienes sufren las mayores persecuciones. Como ha dicho el Papa Francisco, hay muchos más mártires hoy que en los primeros siglos”, indicaron.
“Ese martirio no distingue entre católicos, ortodoxos o evangélicos, hermanados en un ‘ecumenismo de la sangre’. Nos estremece la crueldad con la cual hermanos en el bautismo son decapitados, quemados o crucificados por el solo hecho de ser cristianos”.
Al tiempo que criticaron “la débil repercusión de esta barbarie en la prensa internacional”, los Obispos argentinos subrayaron que “urge una acción internacional eficaz que ponga fin a tanto sufrimiento provocados por estos actos de brutalidad”.
“Apelamos al deber y a la fuerza institucional de la ONU, la Unión Europea, las organizaciones de Derechos Humanos y los diversos credos a asumir la propia responsabilidad ante estos graves acontecimientos”.
Los Prelados pidieron a creyentes católicos y no católicos “orar intensamente pidiendo al Señor de la historia perdón por tanto sufrimiento y sangre derramada, y que mueva los corazones de quienes causan dolor y ofenden gravemente al Creador a cesar en ese camino”.
“Comprometemos a nuestras comunidades de modo particular a rezar por esta intención el próximo 8 de mayo, Solemnidad de Nuestra Señora de Luján” señalaron.
Al concluir su mensaje, los Obispos reiteraron su “solidaridad y cercanía con nuestros hermanos sufrientes y perseguidos, y pedimos a Jesús Buen Pastor les conceda el consuelo y la Paz”.
Para leer el mensaje completo, puede ingresar a: http://www.episcopado.org/portal/actualidad-cea/oficina-de-prensa/item/962-martirio-y-persecuci%C3%B3n-en-nuestros-d%C3%ADas.html
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