El Papa les habló de la importancia del ecumenismo y recordó la persecución religiosa que sufren miles de cristianos en todo el mundo, lo que es motivo de unidad.
“Existe un lazo fuerte que ya nos une, más allá de toda división: es el testimonio de los cristianos, pertenecientes a las Iglesias y tradiciones diversas, víctimas de persecuciones y violencias solo a causa de la fe que profesan”.
“La sangre de estos mártires nutrirá una nueva era de compromiso ecuménico, una nueva apasionada voluntad de cumplir el testamento del Señor: que todos sean una sola cosa. El testimonio de estos nuestros hermanos y hermanas nos exhorta a ser todavía más coherentes con el Evangelio y a esforzarnos a realizar, con determinación, aquello que el Señor quiere para su Iglesia”.
Francisco expresó que “hoy el mundo necesita urgentemente el testimonio común y alegre de los cristianos, de la defensa de la vida y de la dignidad humana para la promoción de la paz y de la justicia”.
El Papa recordó que el diálogo entre los católicos y anglicanos es fruto del “histórico encuentro que tuvo lugar en 1966 entre el Papa Pablo VI y el arzobispo Ramsey, que dio lugar a la primera Comisión Internacional anglicano-católica”.
En esa ocasión se comprometieron a “un serio diálogo que, fundado en los Evangelios y en las antiguas tradiciones comunes pudiera conducir a la unidad en la verdad por la cual Cristo oró”, recordó.
El Santo Padre reconoció que “todavía no hemos alcanzado tal objetivo, pero estamos convencidos de que el Espíritu Santo continua empujándonos en aquella dirección, a pesar de las dificultades y los nuevos desafíos”.
“Su presencia hoy es indicio de cuánto la tradición de fe y la historia compartida de anglicanos y católicos pueden inspirar y sostener nuestros esfuerzos en superar los obstáculos que se interponen a la plena comunión”.
Por ello, “conscientes de la importancia de los retos que tenemos por delante, siendo realistas estamos seguros de que podremos lograr juntos todavía muchos progresos”, manifestó Francisco.
El Papa dijo saber que “dentro de poco publicarán cinco declaraciones conjuntas realizadas hasta ahora en la segunda fase del diálogo anglicano-católico, acompañados de los respectivas comentarios y respuestas”.
Francisco se mostró agradecido por esto y destacó que “nos recuerda que las relaciones ecuménicas y el diálogo no son elementos secundarios en la vida de las Iglesias”.
“La causa de la unidad –continuó– no es un empeño opcional y las divergencias que nos dividen no deben ser aceptadas como inevitables”.
El Santo Padre señaló que “algunos querríamos que, después de 50 años, los resultados en cuanto a la unidad fuesen mayores”.
Sin embargo, “a pesar de las dificultades, no podemos dejarnos arrastrar por el desaliento, pero debemos confiar todavía más en la potencia del Espíritu Santo, que puede sanarnos y reconciliarnos y hacer aquello que humanamente parece imposible”.
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