En el caso de la pequeña su cerebro estaba creciendo fuera del cráneo y probablemente no sobreviviría al nacimientoLa pareja decidió seguir adelante con el embarazo y el pasado mes de julio nacieron las gemelas Sophia y Aniyah. Aniyah sorprendió a todos logrando superar el momento del alumbramiento. "Fue difícil comprar ropa de bebé y prepararse para el nacimiento", contó Youds al Daily Mail. "Sin embargo, cuando nació y vimos que luchaba por respirar nos sentimos aliviados. De repente empezamos a notar como su cuerpecito se enfriaba entre nuestros brazos y aceptamos lo que pensábamos que iba a suceder mientras nos despedíamos de ella. Después de aproximadamente una hora, nuestra pequeña seguía con nosotros y el personal sanitario venía para comprobar con sus propios ojos lo que estaba pasando. Estaban muy sorprendidos de ver que todavía seguía viva". Al día siguiente, Aniyah sobrevivió a una cirugía que eliminó gran parte de su tejido cerebral. Unos días más tarde, dejó de respirar y tuvo que ser enchufada a un respirador artificial. Al día siguiente, los doctores aconsejaron a los padres apagar el aparato si no lograba respirar por sí misma.
Los médicos aconsejaron a los padres que la desconectaran del respirador...“Los dos estábamos rotos de dolor”, explicó Youds. "Desenchufaron todas las máquinas y la pusieron en nuestros brazos para que le dijéramos adiós. Hablamos con ella y le prometimos que si luchaba por nosotros siempre cuidaríamos de ella”, explica la madre. "Y nuestra pequeña peleó por nosotros". Una semana después de la cirugía, Aniyah estaba en casa con su familia. Nos dijeron que Aniyah probablemente no sería capaz de hacer absolutamente nada ya que sólo tenía el 10% de su cerebro y tendría que estar permanentemente conectada a la máquina de oxígeno. Sin embargo, cuatro meses después sus padres están felices de informar que Aniyah sigue luchando cada día por la vida. La pequeña sonríe y se ríe a carcajadas e incluso puede levantar la cabeza como lo hace su hermana. Ella también eligió quitar su propio tubo de alimentación - a pesar de las predicciones - y aunque los médicos dudaron que pudiera suceder, Aniyah puede respirar por sí misma. Su madre dice: "Hasta ahora ella ha hecho todo lo que los médicos dijeron que no podría hacer. Aniyah está despierta y vigilante, sonríe y se ríe, y le encanta la música, tendrá un poco de baile". Contra todo pronóstico, Aniyah nos muestra que cada vida vale la pena vivir.
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