Avalado por la PUM
Sergio Estrada González
Ciudad de México
El objetivo del Congreso de Protección a Menores, de la Pontificia Universidad de México (PUM), fue la inauguración del Centro de Protección a Menores por Abuso Sexual, como una oportunidad de abrir a la Iglesia de México la posibilidad de unir esfuerzos entre las Diócesis del país y la Pontificia Universidad de México para la realización de investigaciones en torno a la protección de menores, y prevenir casos de pedofilia en la Iglesia mexicana, según explicó en entrevista el Padre Daniel Portillo, Coordinador del Congreso y Académico de esta Universidad, que depende de los Obispos.
Figura, entre los objetivos del CPM, la investigación, la formación e información para la aplicación de un método de trabajo, que consta de un nivel básico y otro avanzado: “Este Diplomado interdisciplinar cuenta con las Áreas Penal, Canónica, Psicológica, Pastoral y Teológica para que sirva de forma interdisciplinar en la Jurisprudencia y las intervenciones terapéuticas hacía el agresor y las víctimas como atención pastoral”, detalló el entrevistado.
Otra línea de intervención es a partir de las conferencias que la Pontificia Universidad de México pueda generar en las Diócesis del país, máxime que el afán de los Diplomados es crear Consejos de apoyo inmediato para los Obispos, y que sea a través de estos Consejos interdisciplinarios de laicos y sacerdotes como tengan en común esta labor, con el propósito de que, en los casos que surjan en cada Diócesis, haya equipos de respaldo al Obispo.
México ocupa el primer lugar, a nivel mundial, de abuso sexual infantil, incluido el ámbito eclesiástico: “Sí hay casos de pedofilia clerical, y aunque sólo hubiera uno, no se hace por la cantidad, sino que la misión de la Iglesia abarca la protección a los más vulnerables. De esta manera, México tendría que estar generando investigaciones y apoyo con líneas de reflexión a nivel de prevención, pues esta situación es una realidad global”, sentenció el también especialista en Psicología.
Causales de origen clerical
En este marco, el Investigador de la Pontifica Universidad de México advirtió que no hay caracteriología específica del pedófilo, ya que éste no es psicótico ni está fuera de la realidad, sino que es una persona con una realidad establecida; pero las movilidades y dinámicas que tiene son variantes: “Es decir, una persona no puede contener una aceptación sexual, que es una combinación de varias parafilias, y es así como un pedófilo no puede quedarse con una sola víctima, sino que puede afectar a varías víctimas en una combinación de variantes diferentes”.
Respecto al caso clerical, el problema se da cuando una realidad psicológica no corresponde a la edad del sujeto, y se percibe por la fascinación exclusiva de la atención pastoral a los niños, olvidando la pastoral integral general. Por otra parte, puede mostrar sus intenciones a través de las afectaciones patológicas en la Iglesia, en el abuso de poder, y otros elementos como la traición de la confianza.
La mayor incidencia
También Encargado de la Pastoral Universitaria de la PUM, el Padre Daniel Portillo reveló que el más alto abuso sexual es el incesto, en un 70 por ciento de los casos intrafamiliares, y que no es la privación de la práctica sexual lo que hace que un sacerdote sea pedófilo, porque la pedofilia se da más en aquellos que practican la sexualidad en pareja.
Sin duda, uno de los retos de la Iglesia, a través de la Pontificia Universidad de México, es lograr una estrecha colaboración con los Obispos del país, especialmente donde haya que enfrentar tal realidad, “debido a que estos sucesos están haciendo perder la credibilidad de la Iglesia. Y, aunque son pocos casos, los efectos son innegables”.
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