Urge contrarrestar la piratería
Salvador Y Maldonado Díaz
TEPATITLÁN DE MORELOS, JAL.- Como filoso estoque de torero, la piratería ha penetrado en todos los renglones de la economía mexicana. El mercado de las semillas certificadas de granos, hortalizas y forrajes no es la excepción.
Datos de la Asociación Mexicana de Semilleros (AMSAC) señalan que su negocio supone un mercado de mil millones de dólares, de los que unos 100 millones son cooptados por los comercializadores ilegales del material vegetativo.
Chapuzas y alerta
Así lo informó el Director Ejecutivo de la AMSAC, Mario Puente Raya, quien refirió que este problema, aunado al robo de las semillas, es motivo permanente de gestión ante las autoridades y ante las organizaciones de productores para generar una concientización y, así, tomar medidas preventivas y correctivas.
Detalló que este problema reviste varias acciones de los infractores, desde asaltos a los distribuidores hasta la falsificación de los costales y envases en que se distribuyen las simientes, o la pinta del material falsificado para venderlo como si fuera el auténtico.
Figuran, entre las recomendaciones que continuamente se hacen: exhortar a la compra de materiales de distribuidores establecidos y debidamente identificados, y no caer en el señuelo de comprar a los vendedores advenedizos, a los que después ya no se puede reclamar.
Dijo que, “a veces, por un ahorro malentendido, se resiente una pérdida de hasta 100 por ciento en una cosecha del grano de maíz, por haber comprado a un tipo que se puso con un camión en una esquina y al que después ya no puede localizarse”.
Enlaces confiables
Con el fin de que los mejores materiales genéticos que existen en el país se utilicen en el campo mexicano, el directivo de AMSAC comunicó que se mantienen vinculaciones con excelentes instituciones nacionales para tal efecto, como el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), además del Servicio Nacional de Inspección de Semillas (SNICS).
Abundó que también se hacen convenios de colaboración con gremios productivos, como el que se sostiene con la Confederación Nacional de Productores Agrícolas de Maíz de México (CNPAMM).
Estas vinculaciones tienen el objetivo de disponer contactos y asesoría para la comercialización de variedades ya plenamente adaptadas a las diversas regiones de la geografía nacional, lo que incluye semillas híbridas y también granos criollos para ciertos ecosistemas.
Por cierto, las empresas semilleras han hecho inversiones propias para el desarrollo de variedades que respondan a demandas específicas de los productores. Y es que hay un amplio escenario para que las semillas de calidad estén disponibles, puesto que al momento sólo 40 por ciento de los materiales genéticos utilizados son de germoplasma certificado, y el resto no ha pasado por el proceso de certificación, lo que representa un hueco de importancia por no contar con un estándar deseable de calidad.
Insistió en que la certificación de las semillas es un factor que le da garantía razonable al productor que se propone una producción rentable al contar con un material de buenos índices en su perfil genético, sanidad y otras características que se piden, en el marco legal, en la materia.
EL DATO
El gremio de las firmas comercializadoras de semillas está conformado actualmente por 68 empresas (en su mayoría mexicanas, además de corporaciones transnacionales) de distinto tamaño y presencia regional en el campo mexicano.
FUENTE: AMSAC.
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