Cuatro formas de encarar el Gobierno de Trump

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Jorge Enrique Rocha Quintero

Finalmente llegó el día y Donald Trump se convirtió en Presidente de Estados Unidos. Y ante sus primeras acciones de gobierno, entre las que están el comienzo de la renegociación del Tratado de Libre Comercio; la construcción de un muro en la frontera con México y la militarización de la misma; y la deportación de personas indocumentadas con algún tipo de conflicto con la Ley, podemos encontrar al menos cuatro tipos de respuestas sociales:
Primera reacción. El Gobierno canadiense de Justin Trudeau se movió de acuerdo a los intereses de su Nación, priorizando la propia agenda, y seguramente va a replantear el Tratado de Libre Comercio intentando salir lo mejor librado posible de las afectaciones que  quiera imponerle Estados Unidos. Para ellos, los intereses y la agenda del Gobierno de México en este escenario político quedan en segundo plano; hecho que fue criticado en nuestro país, pero que desde la lógica de los canadienses es completamente razonable.
Segunda reacción. Varios Gobiernos Estatales y Municipales, dentro de sus posibilidades, empiezan a plantear estrategias frente a lo que puedan ser los efectos de los cambios de la relación bilateral entre México y Estados Unidos. Sin duda, las Entidades que considerarán este tipo de acciones son las que tienen un alto porcentaje de migrantes, las que parte de su economía depende de las remesas, o aquellas cuya inversión estadunidense ha sido muy grande, por ejemplo el sector automotriz, que ciertamente está en la mira de Trump. Algunos de los Estados que se hallan en esta circunstancia son: Jalisco, Michoacán, Guanajuato, Baja California, Nuevo León y Chihuahua, entre otros.
Tercera reacción. Evidentemente, el Gobierno Federal ha dado “palos de ciego” en la nueva relación de Estados Unidos con México, pues primero hizo una muy desafortunada invitación al candidato Trump; luego Peña Nieto nombró a Luis Videgaray como Secretario de Relaciones Exteriores en medio de fuertes cuestionamientos, e incluso el propio neocanciller se autocalificó como un aprendiz en el asunto; después, vino un apresuramiento del Presidente para procurar un encuentro con su homólogo de Estados Unidos, y al mismo tiempo el magnate estadunidense daba la orden de militarizar la frontera y de construir un muro en ella, planteando que, de una forma u otra, los mexicanos terminaríamos pagando la faraónica obra. Luego de las sucesivas y graves declaraciones de Donald Trump en contra de México, el Presidente Peña decidió cancelar su visita.
Dentro de este Gobierno, y en un sector de la clase política del país, hay una profunda cerrazón a pensar que lo único que puede mantener a flote la economía mexicana es su relación con la Unión Americana, pues esta forma de pensar es la que nos llevó a construir la gran dependencia económica que tenemos hacia aquella nación; grave error que ahora nos está costando muy caro. Algunos siguen pensando que el Tratado de Libre Comercio fue muy beneficioso para nosotros; sin embargo, esta noción de éxito es bastante endeble, ya que si miramos los efectos que ha tenido, no es un triunfo tener a 52 millones de mexicanos en la pobreza; la profundización de la desigualdad entre algunos pocos muy ricos y muchos miserables; y el desmantelamiento de buena parte de la planta productiva nacional. Este dogmatismo neoliberal no nos lleva a algún lado.
Cuarta reacción. Tanto la Sociedad Civil mexicana como la estadunidense empezaron a movilizarse y a protestar en contra de sus propias clases políticas, incapaces de comprender y atender las necesidades y problemas que están experimentando muchas personas. Tanto Peña Nieto como Trump enfrentan serios problemas de legitimidad política que, tarde o temprano, les pasarán factura. Quizá ésta es la parte más esperanzadora de todo este escenario político: que las personas son cada vez más incrédulas de los discursos políticos; que son cada vez más críticas al desempeño de sus gobernantes, y que están dispuestas a mostrar su descontento y a exigir sus derechos. Las multitudinarias Marchas en México contra el gasolinazo y la enorme manifestación de mujeres en la Unión Americana son las muestras de que la tolerancia ciudadana es cada vez menor. Ésa es, sin duda, una buena noticia.

Correo electrónico: jerqmex@hotmail.com

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