Momento para hacer un cambio interno que se refleje en lo externo

Comienza la Cuaresma

Ceniza OMV EDITDulce Natalia Romero Cruz

El Miércoles de Ceniza inicia la Cuaresma. Recordemos que estos 40 días son un tiempo para vivir la Fiesta más grande de todos los cristianos, que es la Pascua de Resurrección, y en este día a todos los creyentes se nos impulsa a ejercitar tres prácticas: la oración, el ayuno y la limosna, que nos ayudan, sobre todo, a estar dispuestos a ejercer la más grande y principal de las virtudes, que es la Caridad.
“Las tres acciones deben estar siempre unidas; no una sin la otra, porque es lo que al final nos dispone y lo que se pretende con ellas. Cuando las propone la Iglesia, es configurarnos con Cristo”, explicó en entrevista el Pbro. José Luis González Santoscoy, Vicario de la Parroquia de Belén de Jesús.

«Que tu limosna sea oculta. Ora a tu Padre, que está en lo secreto. Cuando ayunes… que no vean los hombres que ayunas, sino tu Padre, que está en lo secreto», Mt. 6, 6.

El camino a la salvación
“Como cristianos, debemos vivirlo con una actitud de conversión”, aconsejó el Presbítero, y explicó que “esas tres prácticas deben llevarnos al cambio de vida. Así como preparamos una gran fiesta con mucha anticipación, así la Iglesia nos da este tipo de lapsos, como el Adviento y la Cuaresma, que nos prepara a la Fiesta más grande. Durante estos 40 días tenemos tiempo de preparar nuestro ser, cuerpo y espíritu, para alcanzar la conversión de corazón; ésa es nuestra meta.
“La ceniza es un rito de penitencia. Desde la antigüedad ya existía ese tipo de expresiones, con las que, con un signo externo, recordábamos que somos polvo; es decir, que no somos nada, que debemos tener presente nuestra materialidad que algún día va a dejar de existir, y que eso debe llevarnos a preocuparnos por la parte espiritual, porque no somos solamente materia, sino también seres espirituales con alma”.

 

Guía
espiritual
Puedes seguir las
orientaciones y reflexiones
del Padre José Luis González Santoscoy, en su cuenta
de Facebook:
@conmasgracia.

 

 

Prácticas sugeridas
para la cuaresma.
Corporales
y espirituales.

•Ayuno. Debe ser tanto espiritual como material. El último es el que nos propone la Iglesia de ayunar: no ingerir alimentos sólidos por la mañana, el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo. Los demás viernes de la Cuaresma se nos sugiere la abstinencia de comer carne. Pero el ayuno espiritual es evitar situaciones de pecado que nos lastiman; por ejemplo, podemos abstenernos de criticar, de mentir, de juzgar, de ser avariciosos, de la necesidad de tener buena fama o prestigio, o el afán de poder. No sólo es un ayuno físico, pues.

•Oración. Debe ser de una manera que nos conduzca a estar dispuestos a escuchar a Dios. Recordemos que la conversión no es un movimiento que iniciamos nosotros, sino que comienza nuestro Padre; incluso empieza en nuestro Bautismo, porque es un proceso gradual progresivo que termina con la muerte. Cada año tenemos cosas nuevas que se nos van añadiendo, y de las cuales tenemos que ir purificándonos, por lo que es un tiempo en el cual puedo ir quitándome esos añadidos que se han ido albergando en el corazón; y la oración a eso me favorece: me hace dispuesto a la conversión. El Evangelio que escuchamos el Miércoles de Ceniza nos invita a que sea una oración íntima y personal con Dios.

•Limosna. Los cristianos llamamos limosna a compartir con los más pobres nuestros bienes. No debe ser un aporte “de lo que sobra”, sino un acto de amor, hecho de corazón; un compartir que nos mueve a la renuncia y al sacrificio. Todo viene de Dios como don. Toda nuestra vida debe convertirse en una dádiva de amor, a imitación de Cristo.

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