Realidad Virtual, ¿Peligrosa o benéfica?
Como con cualquier otra nueva tecnología que parece ofrecernos tantísimos beneficios, es de sabios no apresurarse, y mejor detenerse a mirar la realidad de la Realidad Virtual, afirma John Burger en Aleteia org.
La tecnología de la Realidad Virtual cada vez es más accesible al público general, sobre todo como entretenimiento, pero también con propósitos terapéuticos y pedagógicos. Y hay, cómo no, también usos oscuros.
“La inversión de Facebook en la Compañía de RV Oculus Rift ha acercado la Realidad Virtual al público convencional”, afirma Brett Robinson, autor de Appletopia: Media Technology and the Religious Imagination of Steve Jobs. [Appletopia: Tecnología de los Medios y la imaginación religiosa de Steve Jobs]. “Con el lanzamiento de productos como la Google Cardboard, se está facilitando cada vez más el acceso a la experiencia de RV, incluso con un smartphone”.
LO NEGATIVO
Hay muchas investigaciones que advierten de los comportamientos negativos y adictivos asociados a una excesiva exposición a una pantalla, con los videojuegos en particular, explica Robinson. “Hay que dejar que los niños lo exploren, pero siendo conscientes de mantener un equilibrio en sus actividades”, aconseja a los padres:
“Una de las grandes pérdidas de esta generación ha sido la desconexión con la Naturaleza. Están tan inmersos en estas tecnologías culturales desde una edad tan temprana, que el mundo natural les parece aburrido y desencantado. Los niños necesitan tiempo para explorar el mundo tal y como es, no como se les presenta en una pantalla. Les resulta muy difícil entender su propia naturaleza e identidad si están desconectados de la Naturaleza, inmersos en entornos imaginarios”.
LO POSITIVO
Pero Robinson insiste en que “no es todo fatalidad y pesimismo”, y que las infinitas capacidades que aporta la tecnología digital ofrecen a la Humanidad una “vasta reserva de memoria para la creación y la re-creación cultural”.
“Esta época no es distinta del Renacimiento, cuando se redescubrieron las fuentes clásicas y se aplicaron al arte, a la política y a la cultura, lo cual condujo al resurgir del humanismo cristiano”, comenta Robinson, quien es Director de Comunicaciones del Notre Dame’s McGrath Institute for Church Life.
De igual modo, Eugene Gan, escritor de Infinite Bandwidth: Encountering Christ in the Media [Ancho de banda infinito: encontrar a Cristo en los Medios], se centra en el potencial positivo de la RV y de toda la tecnología digital. “Hay belleza en la RV y por eso atrae a la gente”, destacó el Profesor de la Universidad Franciscana de Steubenville.
Gan aconseja a los padres que experimenten la RV con sus hijos, “en vez de hacer proselitismo y pontificar” sobre los peligros.
“Estar ahí junto a ellos y luego realizar un método socrático, por así decirlo, de hablar sobre su porqué, sobre cuál es la necesidad que se está cubriendo. Y luego, a través de eso, se desarrollará mucha más de esa comunicación y comprensión entre hijos y padres, porque ya no son padres distantes, sino padres que participan de lo mismo que ellos”.
Si los padres descubren que la Realidad Virtual conduce a sus hijos en una dirección poco saludable, es momento de “hablar con ellos y guiarles hacia esta otra experiencia más hermosa, emocionante y cautivadora”, sugiere Gan.
Previene también sobre que, cuanto más nos alejen de Dios nuestros avances tecnológicos, “tanta más depresión, más tristeza, más se adoptan hábitos dañinos, rellenando los huecos”: adicción en todas sus formas hacia otras cosas, que tampoco satisfarán.
La Realidad Virtual no es todo entretenimiento puro, señala Robinson. Debido a su “realismo inmersivo”, afirma, está siendo fuertemente impulsada por la industria del porno.
“Por triste que sea, las innovaciones en los nuevos Medios, a menudo van empujadas por la industria del cine para adultos, y la RV es la próxima”, advierte.
Sin embargo, también hay usos terapéuticos con gran potencial, incluyendo la posibilidad de tratar a veteranos de guerra con trastorno de estrés postraumático. “Están descubriendo que, al reproducir los escenarios que experimentaron esos soldados en la batalla, son capaces de ayudar a los que tienen trastorno por estrés post traumático, porque pueden afrontar de forma segura sus momentos más aterradores o traumáticos en un entorno virtual”, explicó Robinson.
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