ROMA.- En su mensaje enviado a los participantes de la sesión plenaria de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales, el Papa Francisco reflexionó sobre la justicia, la fraternidad y la importancia del trabajo, un espacio que no puede convertirse en esclavitud.
El texto fue enviado a la plenaria, que se reunió en el Vaticano del 28 de abril al 2 de mayo.
El Santo Padre afirmó que “cuando el trabajo ya no es expresión de la persona, porque ya no incluye el sentido de lo que está haciendo, el trabajo se convierte en esclavitud”.
Francisco resaltó que “el trabajo justo es el que no solo garantiza una remuneración justa, sino que corresponde a la vocación de la persona y por lo tanto es capaz de desarrollar sus capacidades”.
“El lugar de trabajo no es simplemente el lugar en que se transforman determinados elementos, de acuerdo con ciertas reglas y procedimientos, en productos; es también el lugar en el que se forman (o transforman) el carácter y la virtud del trabajador”.
El Santo Padre también alertó sobre los peligros del individualismo libertario en la cultura y la educación, que “minimiza el bien común, es decir, el ‘vivir bien’, la ‘vida buena’, en el marco comunitario, y exalta un ideal egoísta que engañosamente invierte las palabras y propone la ‘buena vida’”.
“La radicalización del individualismo en términos libertarios, y por lo tanto anti-sociales, conduce a la conclusión de que cada uno tiene el ‘derecho’ de expandirse hasta donde su potencia se lo permita incluso al precio de la exclusión y la marginación de la mayoría más vulnerable”.
Francisco tiene reflexionó sobre la necesidad de la justicia, la solidaridad y la fraternidad, entendidas como aquellas características que permiten la diversidad entre las personas.
A continuación denunció que “el aumento endémico de las desigualdades sociales, el tema de la migración, los conflictos de identidad, las nuevas formas de esclavitud, la cuestión ambiental, los problemas de biopolítica y de bioderecho son sólo algunas de las cuestiones que hablan del malestar de hoy”.
Para concluir el Santo Padre refirió que “en la medida en que el Señor reine en nosotros y entre nosotros, podremos participar en la vida divina y seremos unos para otros ‘instrumentos de la gracia para difundir la caridad de Dios y para tejer redes de caridad’”, como escribió Benedicto XVI en la encíclica Caritas in veritate (ACI).
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