Cosas que pasan

No lo había contado nunca, pero, en uno de mis viajes a México, me explicaron que un empresario la había tomado con el obispo de esa diócesis y había dado órdenes a su periódico de que le atacaran sin piedad mes tras mes. Las noticias sobre el obispo, las leí, eran un cúmulo de falsedades al borde mismo de lo denunciable en un tribunal. Pero los redactores, por supuesto, bien asesorados, siempre se quedaban a un paso de distancia de lo que ya hubiera sido un delito por calumnia.
Estaba invitado a hablar en un canal de televisión de ese estado del sur y me pidieron si podía decir algo a favor del obispo.
Yo conocía bien al obispo y era una magnífica persona, así que lo hice con gusto.
Cuál fue mi sorpresa al ver que en los días siguientes, ese empresario pagó a una persona para que me denigrara en las redes sociales. La persona pagada creaba un perfil en Facebook, se hacía pasar por un sacerdote. Y ese falso sacerdote decía en distintos lugares que me había prestado dinero y que yo no se lo había devuelto. El perfil desapareció al cabo de unos días. Pero apareció otro: esta vez una monja afirmando lo mismo, que cuándo le iba a devolver el dinero que me había prestado. También ese perfil desapareció en unos pocos días.
La táctica era soltar la bola y desaparecer. Todo esto me hizo comprobar lo que ya me habían dicho en esa curia diocesana: lo mala persona que era ese poderoso empresario, dispuesto incluso a pagar a alguien que denigrara en las redes sociales.

Publicar un comentario

[blogger][facebook]

Agencia Catolica

Forma de Contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Con tecnología de Blogger.
Javascript DesactivadoPor favor, active Javascript para ver todos los Widgets