"Cuando la excepción ideológica está basada en creencias, las personas creen que el 'progreso' es más importante que la práctica religiosa", critica Polumbo
No hay derecho a discriminar
Como es previsible, Polumbo sostiene que los propietarios de negocios "no tienen derecho a discriminar". Este mandato se sostiene sobre la base de que, cualquiera que sea el producto o servicio que ofrece un empresario, tiene la responsabilidad legal de venderlo a cualquiera con independencia de su forma de vivir la sexualidad o cualquier otro asunto. Pero esta obligación ha sido malinterpretada "hasta el punto de que está infringiendo nuestro derecho a la independencia intelectual". Tal y como recuerda Polumbo, el pastelero cuestionado, Jack Philips, no tiene inconveniente en venderlos pasteles que prepara a diario, pero "elige no diseñar tartas encargadas especificamente para uniones homosexuales, una elección que le ha llevado ante el juez". Cuando la cadena de supermercados Wallmart se negó a vender productos con la bandera confederada, no se produjeron procesos judiciales, pues todo el mundo entendió que era un derecho de sus gestores. "La mayoría de la gente se dio cuenta de que los negocios son dirigidos por personas que tienen el derecho de alinearse o distanciarse de cualquier ideología que quieran. sin embargo, cuando la excepción ideológica está basada en creencias, las personas creen que el 'progreso' es más importante que la práctica religiosa", critica Polumbo.No sólo se opone a pasteles LGTBI
El hecho es que, com recuerda Polumbo, Jack Phillips no sólo se ha negado a realizar una tarta decorada con motivos LGTB. En elpasado, por razones de libertad de conciencia, ha rechazado realizar trabajo especiales que contengan mensajes antipatrióticos o profanos, e incluso, a fabricar pasteles con motivos de Halloween. "En este país, no puedes decidir a qué personas darás servicio, pero puedes decidir qué mensajes quieres apoyar", incide Polumbo. El derecho a oponerse a las ideas con las que uno no está de acuerdo está tan protegido por la Primera Enmienda de la Constitución de EEUU que el Supremo decidió que los residentes en New Hampshire no tenían por qué llevar el lema del estado "Vive libre o muere" en las matrículas del coche. La justicia entendía, tal y como recuerda Polumbo que "el estado no puede reclamar constitucionalmente a un individuo que participe en la diseminación de una mensaje ideológico". La conclusión de Polumbo es meridiana: "Phillips no está pateando a personas gays fuera de su local, ni se niega que compren un pastel. Todo lo que está haciendo es rechazar la provisión de un artículo personalizado para una boda gay". Y añade con lógica aplastante: "La idea de que no debería ser libre de hacerlo es poco menos que antiliberal. Es un precedente peligroso. Después de todo, si los activistas fuerzan de forma exitosa a la gente religiosa a reproducir mensajes que violan sus creencias, entonces ¿cómo se para a las personas homofóbicas o con odio que pretenden imponer sus ideas sobre otros?".También te puede interesar:
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