Dulce Natalia Romero Cruz
En coordinación con Cáritas Mexicana y con Cáritas de Puebla, Cáritas de Guadalajara fue invitada por la Arquidiócesis de Puebla para asistir a la bendición y a la entrega de 17 casas en una de las comunidades que resultaron damnificadas por los sismos de septiembre de 2017: Patlanoaya, que pertenece al Municipio de San Andrés Ahuatlán, Puebla.
“Es una comunidad que está a dos y media horas de la capital, es un camino que se recorre, primero carretera y después toma una brecha y baja a un lugar que no tiene tan fácil acceso”, explicó el Pbro. Francisco de Asís de la Rosa Patrón, Coordinador de Cáritas Guadalajara.
“Ahí se entregaron 17 casas que se lograron construir muy sencillas, de dos recámaras, baño y una cocina-comedor, fueron entregadas a familias que se quedaron sin hogar por los terremotos. Para que se realizara esto se hizo un proyecto en el que participaron Cáritas de Guadalajara, de Monterrey y Cáritas Mexicana, al igual que la de Puebla. Todos colaboramos con algún aporte económico, otros en especie o en la organización. El apoyo se brindó a diferentes comunidades, a nosotros nos tocó asistir a esta para compartir la alegría y dar fe de lo que se realizó con el apoyo de todos.
¿Quiénes fueron los
beneficiados?
Cerca del 60% de Patlanoaya, Puebla, sufrió daños, la calle principal y algunas de las construcciones históricas todavía no han sido reparadas. Forman esta comunidad cerca de 100 familias. Por su parte Cáritas entregó 17 casas, pero también hubo otras instituciones que se organizaron para apoyar a los demás, entre ellas el Gobierno Federal. Los criterios para recibir la ayuda fueron tres: atender la situación de adultos mayores sin posibilidades, las mujeres que viven solas con sus hijos y familias compuestas por niños pequeños.
Con lo que nos quedamos
“Nuestro primer sentimiento, comentó el Padre Francisco de Asís, es de gratitud a Dios y a tantas personas de buena voluntad que, confiando en las instituciones como Cáritas de Guadalajara, depositan sus recursos económicos para que nosotros podamos, junto con otras instituciones, gestionarnos y apoyar proyectos de este tipo. También se debe conservar la esperanza, que para nosotros es una virtud teologal porque siempre hay gente que se preocupa por quienes están pasando una situación difícil y esto es muy interesante y es algo que no debemos dejar de transmitir a las nuevas generaciones. El tercer sentimiento es el del compromiso, pero más que un sentimiento es una decisión; es un compromiso con el bien común, que para nosotros en la Iglesia católica se llama solidaridad. No podemos detenernos, no podemos ayudar una vez y decir que ya hicimos la obra buena de nuestra vida, porque la búsqueda del bien común, es decir ayudar para que todos tengan una vida digna es un esfuerzo, es de todos los días hasta en las cosas más sencillas”.
Cáritas Diocesana de Guadalajara envió recursos financieros a la Ciudad de México, que sirvieron para construir casas; otra acción que realizó fue la distribución de 100 kits para la construcción (cucharas, palas, picos, cajones) en algunas comunidades de Oaxaca, que fue a través de Cáritas del Istmo de Tehuantepec.
“Invitamos a que no dejemos de buscar el bien al menos de los que nos rodean, porque nunca sabemos cuándo nosotros vamos a ser los necesitados y sigan haciéndolo a través de instituciones serias que se dedican a esto, como lo es Cáritas, que están reguladas por el sistema tributario del país. Y que de verdad nos esforzamos para que llegue a las personas que tienen una necesidad urgente o que viven en una situación de extrema vulnerabilidad”.
En estos momentos Cáritas de Guadalajara está apoyando a Cáritas Guatemala que junto con Cáritas Internacionalis están en coordinación para hacer llegar el apoyo y que se continúe con la construcción, por los daños materiales que provocó la erupción del Volcán de Fuego, el 3 de junio de 2018.
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