Voluntariado, una opción para ser feliz

¿Te has preguntado alguna vez cómo el servir a los demás puede ser una opción feliz de vida? El hecho de brindar tu tiempo, tus conocimientos, tu apoyo, tu espacio para los otros es una opción de vida en el mundo; el voluntariado es una elección real de amor, positiva, y, sobre todo, es una acción solidaria para ambas partes

Por Mary Velázquez Dorantes

El mundo requiere de corazones activos que expresen que no estamos solos. Un voluntario trabaja libremente ayudando a los otros a encontrarse. Se trata de una visión en la que el ser humano puede desempeñar todo su potencial de vida, sus energías, sus sentimientos y sus habilidades.

Existen miles de personas que han elegido vivir la vida a través del voluntariado, y con ello transformar la sociedad diariamente. En México existen alrededor de 2 millones de voluntarios distribuidos en diferentes organizaciones. Los estados con mayor presencia de ayuda voluntaria son Yucatán, Morelos y Quintana Roo.

El 38% de los voluntarios apoyan a fundaciones religiosas y  el 19% brinda servicios sociales. Participar en la vida a través de la cooperación es una forma cercana al bienestar y a la felicidad. Las principales iniciativas de la vida voluntaria están encaminadas hacia los enfermos, las comunidades marginadas, el auxilio  durante las catástrofes. Se trata de un servicio libre hacia nuestros semejantes, un servicio extraordinario donde la base fundamental es la persona humana.

VOLUNTARIADO, ¿PARA QUÉ?

En medio de un mundo individualista, ser voluntario es una forma de vida altruista, pensada para los demás. Aun cuando se bombardea con mensajes negativos y poco optimistas, las personas que trabajan en el voluntariado hacen ver que la naturaleza humana es la ayuda social hacia los demás. Preocuparnos por el bienestar y la felicidad de los otros crea mejores oportunidades de vida para quien ayuda y para quien recibe la ayuda.

En nuestro país 48 de cada 100 voluntarios son mujeres, 38 de ellas colaboran con organizaciones religiosas. El ser voluntario promueve la justicia, la dignidad humana, los valores y las competencias de cada ser humano. El hecho de brindar el tiempo y esfuerzo para los demás promueve el cambio  de vida, se producen grandes dosis de amor y cariño enseñando que no estamos solos. Un voluntario no recibe remuneración económica; sin embargo, los beneficios personales se estiman en cientos de sensaciones positivas. Se trata de una experiencia personal que fortalece los lazos entre las comunidades, se duplican los conocimientos y el compromiso social se coloca en la base de la transformación. Además de brindar la sensación de sentirte útil, fijar objetivos y poner a prueba las capacidades y talentos con los que cuentas.

SAL DE TU ZONA DE CONFORT

¿Sabes cuántas necesidades se quedarían sin atender si no existieran los voluntarios? Se trata de una fuerza social que ayuda a todos. El valor de un voluntario es incalculable, millones de personas en el mundo son apoyadas por seres humanos que salieron de su zona de confort  y se ofrecieron como apoyo para los demás.

En el mundo dos de cada mil personas prestan un servicio voluntario. El hecho de servir promueve la inclusión y la integración social. Una persona voluntaria ofrece alrededor de cuatro horas diarias por los demás. En México las estimaciones económicas del trabajo de un voluntario son de 61 mil 570 millones de pesos. Para la juventud el modo de vida voluntaria tiene un nuevo nombre: emprendedores sociales, donde se busca la participación y el compromiso de voluntarios que deseen cooperar para otros, a través de la responsabilidad social, las experiencias enriquecedoras de vida y las actividades cotidianas.

Existen millones de asociaciones e instituciones que ofrecen espacios para voluntarios; cada una de ellas invita a las personas a conectarse con los otros, a reducir los riesgos de depresión debido a que un voluntariado enseña que la tristeza tiene dimensiones y que si se enfrenta apoyando a los demás se supera con un sentido de protección con un mayor potencial psicológico, además de disminuir el dolor y las enfermedades, dado que el voluntariado logra que el cuerpo y la mente trabajen a favor de la vida.

¿CÓMO SER UN VOLUNTARIO?

No necesitas vivir experiencias macro: puedes empezar desde tu comunidad, tu estado y país. El primer paso es reconocer las necesidades de los demás y observar alrededor quienes necesitan ayuda.

Un primer paso sería el voluntariado con enfermos de tu comunidad, visitando hospitales, casas-hogares, enseñando un taller con tus propios talentos, organizando colectas o bazares para brindar apoyos económicos para quienes no tienen.

También puedes contactar con una ONG, buscar sus objetivos, las posibilidades de brindar tu apoyo, participar activamente con asociaciones que brinden su tiempo hacia los otros.

Es necesario saber y formarse para el voluntariado, aprender conocimientos específicos sobre cada apoyo que brindes.

Puedes participar en bancos de alimentos, en misiones, en visita a reclusos o adultos mayores, teniendo en cuenta que la labor de ayuda nace desde el corazón.

Publicado en la edición impresa de El Observador del 9 de septiembre de 2018 No.1209

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