“¡Bello ejemplo para los trepadores! Vivió entre el ochocientos y el novecientos, y promovió numerosas obras asistenciales y sociales en favor de jóvenes, ancianos, pobres y enfermos”, dijo el Santo Padre, reconociendo la humildad del P. Fouque, beatificado este 30 de septiembre en Francia.
“Que el ejemplo y la intercesión de este apóstol de la caridad nos sostengan en nuestro compromiso de acoger y compartir con las personas más débiles y desfavorecidas. ¡Un aplauso para el nuevo beato Juan Bautista!”, prosiguió el Papa.
El padre Jean Bautista Fouque (1851-1926) nació en Marsella durante la Revolución Industrial. Fue hijo de Louis Fouque y Adele Anne Remuzat, padres muy católicos y devotos.
El discernimiento al sacerdocio lo vivió en la adolescencia gracias a sus maestros espirituales, el Siervo de Dios Joseph-Marie Timon-David y Jean-Joseph Allemand.
Recibió el sacramento del orden el 10 de junio de 1876 en Marsella y sirvió como vicario en varias parroquias hasta el final de su vida.
El Beato Juan Bautista es recordado por cuidar a los pobres, ancianos y enfermos durante su tiempo como vicario en Marsella.
En 1917, las tropas estadounidenses montaron un hospital donde el Beato Fouque dio la bienvenida a niños de regiones devastadas por la guerra. El 20 de marzo de 1921 inauguró el Hospital Saint Joseph, que funcionó gratuitamente.
También fue conocido por haber creado hogares de acogida para niñas, trabajadoras domésticas pobres, un orfanato, y por su ministerio a los pueblos desplazados durante la Primera Guerra Mundial.
Agotado por una vida entera entregada a los más pobres, el Siervo de Dios murió el 5 de diciembre de 1926, y fue aclamado por el pueblo como el “San Vicente de Paul de Marsella”.
El 23 de abril de 1933 su cuerpo fue trasladado al Hospital Saint Joseph donde descansa junto a la capilla del mismo nombre, ubicada en el corazón del hospital.
Publicar un comentario