Las iglesias autóctonas deben tener sus propios pastores y culturas para entender sus ritos
Por Sergio Estrada
«El inicio de las luchas autóctonas es uno de los mayores retos de los pueblos originarios, porque todavía no hay iglesias autóctonas con sus costumbres, ideologías y sus simbolismos y se debe hacer conciencia de esto que es lo que les hace mucha falta a los pueblos indígenas. Las iglesias autóctonas deben tener sus propios pastores y culturas para entender sus ritos, sus culturas y puedan tener la misma visión de estos pueblos en todos los sectores», subrayó la hermana Rosa Margarita, Secretaria General de la Conferencia de Religiosos Mayores de México.on el fin de testimoniar la vida de los pueblos indígenas de México y América Latina y las actividades para impulsar el acompañamiento pastoral para el origen de las iglesias autóctonas, tuvo lugar el Primer Congreso de Pastoral de Pueblos Originarios a nivel continental en Mérida, Yucatán.
La religiosa remarcó que los sacerdotes de los pueblos originarios deben ser oriundos de la región, para que conozcan las realidades de sus pueblos en sus diferentes áreas, como la económica, política y social y entiendan las situaciones que enfrentan estos pueblos.
Convocados por la Dimensión de Pastoral de Pueblos Originarios y Afroamericanos de la Comisión Episcopal de la Pastoral Social de la CEM, conjuntamente con la Arquidiócesis de Yucatán, y la Provincia San Felipe de Jesús Sureste de México, los representantes de los pueblos indígenas de México, Guatemala, el Salvador, Panamá, Colombia, Ecuador y Argentina, entre otros, reconocieron las riquezas de sus lenguas, tradiciones y culturas y atendieron las problemáticas de la tierra, los pobres y la defensa de la vida.
Analizaron las situaciones que han surgido como víctimas del modelo neoliberal y globalizante agravado por la corrupción y la violencia, por ejemplo, los territorios de los pueblos indígenas donde hay pugnas por sus riquezas naturales que tienen y no pueden ser utilizadas por estos pueblos.
Dentro de los compromisos adquiridos en el encuentro se tienen la recuperación de los valores culturales y espirituales que se han perdido en los pueblos, continuar con los procesos de liberación e inculturación reconociendo a Dios y el cultivo de la religión popular de los pueblos, la educación desde las familias, las comunidades y los pueblos con la aceptación de la gente a sus pastores para el buen convivir con la tierra y Dios.
Y actuar como iglesia particular autóctona en unidad de fe dentro de la diversidad de carismas, incidir en la sociedad con la fe, sabiduría ancestral y participación ciudadana sobre las políticas públicas, conociendo y manejando las leyes que afectan las causas indígenas, entre otras.
Publicado en la edición impresa de El Observador del 9 de septiembre de 2018 No.1209
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