El Gobierno tomó esta decisión a través del Departamento de Salud y Servicios Sociales (HHS por sus siglas en inglés) y el anuncio fue publicado el 24 de septiembre en el sitio web de ese gabinete.
“Tras una reciente revisión de un contrato entre Advanced Bioscience Resources, Inc. y la Administración de Alimentos y Medicamentos para proveer de tejido fetal humano para desarrollar protocolos de prueba, el HHS no estaba lo suficientemente seguro de que el contrato incluía las protecciones apropiadas aplicables a la investigación del tejido fetal o cumplía con todos los otros procedimientos requeridos”, indica el comunicado.
“Como resultado, el contrato ha sido terminado y el HHS ahora está conduciendo una auditoría de todas las adquisiciones que involucran tejido fetal humano para garantizar la conformidad con las leyes y reglamentos de adquisición y de investigación de tejido fetal humano”, prosigue el texto.
El HHS también anunció que realizará una “revisión exhaustiva” de cualquier investigación que involucre el tejido fetal humano y que buscarán “alternativas adecuadas” para evitar el uso de este por completo.
Agregó que se asegurarán “que los esfuerzos para desarrollar tales alternativas sean financiados y acelerados”.
El pasado mes de julio, la Administración de Alimentos y Medicamentos firmó un contrato de unos 15.900 dólares con ABR para adquirir tejidos fetales obtenidos de abortos y usarlos en la creación de “ratones humanizados”.
La intención era inyectar los tejidos a los ratones con el fin de que desarrollen un sistema inmunológico similar al de un ser humano y así poder realizarles pruebas clínicas.
Después que se conoció la noticia del contrato, diversos miembros del Congreso difundieron una carta donde pedían al FDA que lo terminara y expresaban su preocupación por que el ABR podría haber violado la ley federal con respecto a la venta de restos fetales.
En el año 2016, el Panel Selecto de la Cámara para la Investigación sobre las Vidas Infantiles y el Comité Judicial del Senado investigaron a Advanced Bioscience Resources como parte de una pesquisa más amplia sobre la industria del tejido fetal.
ABR admitió haber "aumentado las ventas" de ciertas partes fetales por una tarifa más grande.
“A la luz de las serias preguntas no resueltas descubiertas por el trabajo de investigación de los paneles de la Cámara y el Senado, estamos alarmados de que la FDA continúe adjudicando contratos a ABR para la adquisición de tejido fetal humano”, escribieron los legisladores.
“Los niños no nacidos no son productos que se deban comprar o vender. La práctica de realizar investigaciones utilizando las partes de los cuerpos de los niños cuyas vidas han sido violentamente terminados por el aborto es aberrante”, manifestaron, y pidieron que se utilicen otras alternativas y métodos científicos.
En declaraciones a CNA –agencia en inglés de Grupo ACI– la presidenta de March for Life (Marcha por la Vida), Jeanne Mancini, agradeció al Departamento de Salud y Servicios Sociales por “terminar este intolerable contrato gubernamental”.
“La mayor parte de la controversia y el dinero de los contribuyentes se centran en los Institutos Nacionales de la Salud, donde el director, Frances Collins, ha expresado su apoyo a esta experimentación inhumana”, afirmó.
En ese sentido, dijo que “a pesar de los videos del Center for Medical Progress que desenmascaran el tráfico ilícito de partes de bebés, esta espeluznante industria continúa siendo respaldada por enormes cantidades de dinero federal. Todo (el dinero) debe redirigirse hacia alternativas exitosas y que afirmen la vida”.
Traducido y adaptado por María Ximena Rondón. Publicado originalmente en CNA.
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