“¡Hoy es tiempo de misión y es tiempo del coraje…!”, Papa Francisco
Fernando Díaz de Sandi Mora
Si no sabes en dónde estás, solamente te has extraviado… Pero si no sabes hacia dónde quieres ir, entonces estás perdido. Uno se pregunta siempre qué es lo que realmente ha venido a hacer en este mundo. Hay miles de personas desesperadas por dar sentido a su vida intentando averiguar cuál es el propósito de haber nacido en un lugar o en otro, con ciertas cualidades o con otras, y cómo aplicarlas a algo útil para ellos y para los demás.
Es bien sabido que “nadie es profeta en su tierra”, pero eso no es pretexto para salir huyendo de los retos y obstáculos que se presentan en el camino a cumplir con la misión que nos ha sido encomendada. Porque debemos recordar que no estamos aquí por una simple casualidad, tampoco es un mero accidente geográfico el que hayas sido sembrado en este lugar del mundo, en este tiempo y espacio, en ese entorno: tú estás aquí para hacer uso de todo tu potencial y desarrollar tus capacidades, aprovechar tus recursos, tus conocimientos y habilidades para transformar este mundo en un mejor lugar.
Es todo un reto asumir con valor y determinación la misión que se nos ha encomendado, es para valientes, seres humanos completos, personas que son capaces de entrarle con pasión y vocación para cumplir con ese llamado por el camino que nos van trazando las circunstancias y situaciones que la vida nos presenta para mostrarnos el camino.
Te advierto de una vez por todas: habrá momentos complicados; tu propia gente, los más cercanos, serán tus primeros y más acérrimos críticos, jueces y verdugos. Serás incomprendido desde tu propia casa por perseguir tus sueños y atender ese llamado que te grita desde el silencio de tu corazón. Sin embargo, vale la pena escuchar esa voz interior que te invita a tomar tu lugar en esta vida.
Aquel que es capaz de descubrir, entender y abrazar su misión debe “coger al toro por los cuernos”, desoír al qué dirán y atender solo la voz que le invita a hacer lo suyo, lo propio.
El camino a la plenitud, la realización y la felicidad, está en el cumplimiento de tu misión en la vida. El infierno comienza cuando rechazamos, por cualquier razón, nuestra misión en la vida.
Es tu parte, es el papel que debes desarrollar en esta puesta en escena que es la vida, pero es tu decisión aceptarla o simplemente huir, esconderte de la vida, y arrinconarte en la mediocridad, ahí donde la vida pasa pero no pasa nada, el lugar de los débiles, de los cobardes y perezosos que dicen “no” a su misión y aun así esperan que la vida les diga “sí” a todos sus caprichos.
La felicidad, es de quien la trabaja.
Facebook /Fernando D´Sandi

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