Mireia Bonilla – Ciudad del Vaticano
La Sede de la FAO en Roma ha acogido en la tarde del 28 de marzo un seminario para tratar sobre "Los pueblos indígenas custodios de la naturaleza: la encíclica Laudato si’ del Papa Francisco y los Objetivos de Desarrollo Sostenible". Un evento organizado por la Misión de Observación Permanente de la Santa Sede ante las organizaciones de las Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura, en colaboración con el Foro de Roma de ONG de inspiración católica.
Entre sus ponentes, destaca la intervención del cardenal Lorenzo Baldisseri, Secretario General del Sínodo de los Obispos, quien ha asegurado que “es fundamental” considerar que la Amazonía es "el foco" del Sínodo de los Obispos que se celebrará en el próximo mes de octubre, puntualizando que “también existen otras "Amazonias" en el mundo con problemas eclesiales y ecológicos similares”, como lo son “las regiones relacionadas con el sistema de acuíferos guaraní, el corredor biológico de América Central, la cuenca del Congo o los bosques tropicales de Asia y el Pacífico”.
Región panamazónica: un pulmón del planeta Tierra
Baldisseri ha aprovechado la ocasión para poner en evidencia algunos datos fundamentales que constituyen la región panamazónica, asegurando que tiene una superficie de “aproximadamente 7 millones y medio de kilómetros cuadrados”,los cuales corresponden – ha dicho – “al 40% de América del Sur y al 5% de la superficie de la Tierra”. Además, ha asegurado que “se extiende en 9 países o territorios: Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Venezuela, Suriname y Guyana Francesa” y que la selva amazónica “cubre más o menos 5 millones y 300 mil kilómetros cuadrados; que corresponde aproximadamente al 40% de los bosques tropicales de toda la tierra”. Igualemente ha evidenciado que dicha zona “contiene alrededor del 20% de la disponibilidad mundial de agua dulce no congelada” y su cuenca “alberga alrededor del 30% de todas las especies de fauna y flora del mundo”. Por último ha señalado que “alrededor de 33 millones de personas viven en esta vasta región y entre ellos está la presencia de unos tres millones de indígenas, que representan a casi 390 pueblos y nacionalidades diferentes. Se hablan 240 idiomas, pertenecientes a 49 familias lingüísticas”.
Un Sínodo especial por la Amazonía
La Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos se celebrará en Roma del 6 al 27 del próximo mes de octubre bajo el tema: “Amazonía: nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral”. Fue el mismo Papa Francisco quien lo anunció durante el Ángelus del domingo 15 de octubre de 2017 y donde declaró que había tomado esta decisión "aceptando el deseo de algunas Conferencias Episcopales de América Latina, así como la voz de diferentes Pastores y fieles de otras partes del mundo".
Aunque también aclaró – asegura Baldisseri – que "el propósito principal de esta convocatoria es identificar nuevas vías para la evangelización de esa parte del Pueblo de Dios, especialmente de los indígenas, a menudo olvidados y sin la perspectiva de un futuro sereno, también debido a la crisis de la foresta Amazónica, pulmón de vital importancia para nuestro planeta". En este sentido, el cardenal se para en la expresión: "especialmente para los pueblos indígenas", asegurando que es ahí donde se comprende bien la atención que el Papa Francisco desea prestar a las comunidades indígenas de esa inmensa región.
Propuestas del Sínodo
Durante su ponencia, el Secretario General también ha hablado de las propuestas que presenta el Sínodo. La primera es “identificar nuevos caminos para el anuncio del Evangelio de Jesucristo por parte de la Iglesia y también para una ecología integral que respete la belleza de la creación y la dignidad de las personas”. La segunda y en relación con la transmisión del Evangelio, “prestar atención a la formación cristiana y a las diversas expresiones de piedad popular; la promoción de la vida sacramental y litúrgica de las comunidades locales y la profundización del problema del ministerio”. Y en tercer lugar, propone – en aspectos de ecología integral – “no limitarse a mirar la "naturaleza" y sus cuestiones, sino comprender claramente las dimensiones humanas y sociales". Y cuando dice “integral” – explica – “significa precisamente esto: basar la ecología como una realidad general de nuestro mundo, en la que está todo conectado, la naturaleza, el hombre y Dios el creador para nosotros los cristianos”.
Pueblos indígenas: trabajadores incansables de nuestra casa común
Al final de su intervención, Baldisseri aseguró que el Sínodo, a lo largo de su proceso, “considera a los pueblos indígenas de la Amazonia como interlocutores que, al confiar en sus riquezas culturales y espirituales y en su sabiduría ancestral, trabajan incansablemente por el cuidado de la Casa Común”, además de “participar en la construcción de una Iglesia en cuyo rostro brilla el rostro de Jesucristo”. “Estoy seguro – ha concluido – de que de esta manera podrán convertirse en sujetos activos de una historia que contribuya a la escritura y no a objetos pasivos de proyectos fabricados por otros”.
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