Pequeño hecho gracioso

Cuánto me alegra ver la carita de un niñito de cinco años que en una calle se me queda mirando asombrado y exclama: “Un sacerdote!”. No ha dicho: “Un cura”. Ha dicho: “¡Un sacerdote!”.

Esto me ha pasado hoy al venir a casa desde el convento. Después ha mirado a su madre y le ha dicho: “Nunca había visto ninguno”. Y se me ha quedado mirando con gozosa admiración, como el que ve un unicornio o algo así. Yo le he sonreído y le he saludado con la mano.

Publicar un comentario

[blogger][facebook]

Agencia Catolica

Forma de Contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Con tecnología de Blogger.
Javascript DesactivadoPor favor, active Javascript para ver todos los Widgets