Este 2019 se cumplen 160 años del nacimiento de Manuel Gutiérrez Nájera, periodista, poeta, escritor y cirujano, uno de los iniciadores del modernismo literario en México, y cuyas crónicas, permiten un mayor conocimiento de su tiempo.
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Proveniente de una familia católica, su madre deseaba que fuera sacerdote, y pensó que se entusiasmaría al leer los autores místicos de la literatura española, como San Juan de la Cruz, Fray Luis de León y Santa Teresa de Ávila. Ingresó al seminario pero por poco tiempo, sin embargo, nunca dejó de ser un católico fiel, aunque fue jefe de redacción del Periódico El Partido liberal, y colaboró en otros como El Federalista. Gran parte de su obra está firmada con seudónimos, entre ellos, El Duque Job, Puck y el Cura de Jalatlaco. Fue el fundador de la Revista Azul que lideró el modernismo mexicano.
Fue un permanente crítico en temas sociales, y por ejemplo, se pronunció en contra del vergonzoso espectáculo de la pena de muerte que en aquellos años existía, y del alcoholismo frecuente en las pulquerías. En su obra aborda temas eclesiales y de religión, y hay constantes metáforas de pasajes bíblicos que se mezclan con referencias de Víctor Hugo y otros autores franceses, al tiempo que cita a Rubén Darío o a Shakespeare. Así, por ejemplo, sostiene que “el Papa León XIII comprende la época en que vive”, y afirma que “el obrero y el mercader se convenzan de que, si anhelamos asegurarles la eterna bienandanza, queremos asimismo que sean dichosos en la tierra.”
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De manera especial, fue un devoto de la Virgen de Guadalupe: “es para nosotros un símbolo de familia y un símbolo nacional. El pobre indio estaba huérfano de todo cuando ella apareció. Los misioneros decían al indígena que ni Jesús, ni la Virgen, ni los santos habían sido cómplices en aquellas atrocidades de los conquistadores, y a la Virgen de Guadalupe si pudieron amarla desde el primer momento. El primero con quien ella habló fue Juan Diego, como para decirle: Yo no vengo en son de conquista, a mí me trajo ningún soldado en la mochila, no me presento impuesta por el arzobispo ni por el virrey. Por eso a ti, que estás muy pobre, me dirijo para decirte que deseo vivir con vosotros. Te saludo en tu idioma. Y para que más lo creyera se escondió en su ayate.”
Luego hace referencia al Cura Miguel Hidalgo y a la lucha por la independencia: “la insurgencia fue popular, levantó a las masas, inflamó a las almas, porque la animaban dos fuerzas poderosas: la fuerza de la fe y la fuerza intensa de una gran necesidad económica… sus principales caudillos fueron sacerdotes, curas de pueblo, en quienes ve la gente sencilla personificada la religión. Transcurridos años, siglos, la fe en la Virgen de Guadalupe persiste aún.”
Manuel Gutiérrez Nájera falleció el 3 de febrero de 1895.
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