El 21 de julio, en un evento televisado, Maduro dijo que “cuando todo el mundo está hablando de producir, de unirse por Venezuela, de superar la crisis económica, viene ahí un cura totalmente desconocido, no sé si es un monseñor o un obispo, y leyó una carta supuestamente de Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, quien fue embajador del Vaticano aquí en Venezuela”.
El Cardenal Parolin fue Nuncio Apostólico en Venezuela entre 2009 y 2013, durante los últimos años de Hugo Chávez como presidente. En 2013 el Papa Francisco nombró al Purpurado italiano como Secretario de Estado del Vaticano.
La carta que escribió el Cardenal Parolin estaba dirigida a Ricardo F. Cusanno Maduro, presidente de Fedecámaras Venezuela y tenía como fecha 23 de junio. Fue dada a conocer en el marco de la 77 asamblea anual de la organización, en la que, según la misiva, se abordan “temas sobre el futuro de la economía del país y su vinculación por la paz”.
Según informa Semana, la carta fue leída en el evento por Mons. Ricardo Barreto, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Caracas.
Para Maduro, el texto del Vaticano es “una carta que era un compendio de odios, de veneno, de rencillas, de casquillo, de cinismo; una carta verdaderamente llena de odio, de desastre nacional, la carta de Pietro Parolin”.
“¿Qué tiene que ver el canciller del Vaticano con la asamblea de una organización empresarial venezolana? Pregunto yo, ¿qué tiene que ver? Explícalo Pietro Parolini (sic)”, cuestionó Maduro.
Maduro dijo además que la carta “descompensó totalmente el ánimo” y fue un “desastre” y una “basura que envió Pietro Parolin, supuestamente. No me consta que él la haya enviado”.
¿Qué dice la carta del Vaticano?En la carta enviada a la asamblea de Fedecámaras, el Cardenal Parolin afirma que conoce el compromiso de la organización “con el desarrollo económico y social del país, y los esfuerzos que están realizando en la promoción de una Venezuela más justa, democrática, productiva y emprendedora, en la que reine una verdadera justicia social”.
“Al igual que ustedes, considero que es importante que la sociedad civil sea también protagonista de la solución a la crisis actual de ese amado país, una solución que solo se dará si los venezolanos, y especialmente los que tienen algún tipo de responsabilidad política, están dispuestos a sentarse y a negociar, de un modo serio, sobre cuestiones concretas que den respuesta a las verdaderas necesidades de los venezolanos, y durante un periodo limitado en el tiempo”, prosigue la carta.
Para el Cardenal Parolin “esto exige voluntad política por parte de los involucrados, disponibilidad a dejar que el bien común prevalezca sobre los intereses particulares, y el apoyo responsable de la sociedad civil y de la comunidad internacional”.
“Por ello les animo a apoyar todas las iniciativas que fomenten el entendimiento y la reconciliación entre los venezolanos”, resalta el Purpurado italiano.
“Si una negociación como la señalada tiene éxito, será necesaria una gran generosidad y paciencia, pues la crisis actual no se resolverá inmediatamente, sino que aún serán necesarios aún múltiples esfuerzos y sacrificios por parte de todos”, prosigue.
Tras animar a velar por los más pobres y necesitados, el Cardenal cita un pasaje de la encíclica Fratelli tutti del Papa Francisco, en la que el Santo Padre afirma que “quienes pretenden pacificar a una sociedad no deben olvidar que la inequidad y la falta de un desarrollo humano integral no permiten generar paz. En efecto, ‘sin igualdad de oportunidades, las diversas formas de agresión y de guerra encontrarán un caldo de cultivo que tarde o temprano provocará su explosión. Cuando la sociedad —local, nacional o mundial— abandona en la periferia una parte de sí misma, no habrá programas políticos ni recursos policiales o de inteligencia que puedan asegurar indefinidamente la tranquilidad. Si hay que volver a empezar, siempre será desde los últimos’”.
“Les aseguro mi oración para que el encuentro sea fructífero y para que, por intercesión del Beato Dr. Hernández, todos, con generosidad de espíritu, sepamos poner el bien del prójimo, el bien común, por encima de nuestros intereses personales”, concluye el Cardenal Parolin.
El proceso de diálogo y la persecución por parte del gobiernoDesde hace varios meses representantes del régimen de Maduro y de la oposición negocian la instalación de una mesa de diálogo que podría darse en agosto en México, y podría tener como intermediario al gobierno de Noruega.
Sin embargo, en los últimos días funcionarios del gobierno llegaron a la casa del líder opositor Juan Guaidó con la intención de detenerlo, pero sin éxito, porque su esposa, Fabiana Rosales, informó al respecto en Twitter, provocando la reacción de los vecinos para impedir el arresto.
Mientras eso sucedía, en Instagram el exdiputado opositor Freddy Guevara transmitía desde su automóvil el momento en el que era rodeado por funcionarios encapuchados que lo llevaron detenido.
El régimen acusa a Guevara de terrorismo, traición a la patria y asociación para delinquir, atribuyéndole un supuesto vínculo con la muerte de 26 personas en un barrio de Caracas, que según el gobierno hacían parte de bandas que buscaban derrocar a Maduro.
Las acusaciones contra Guevara –que su equipo de defensa legal califica de falsas– son, para el régimen, consecuentes con las condiciones que planteó Maduro para el diálogo.
Las condiciones de Maduro para ir a México son que Estados Unidos y la Unión Europea levanten todas las sanciones contra Venezuela, que todos los partidos políticos reconozcan a los poderes públicos y que “todos los sectores renuncien a planes violentos con delincuentes, golpes de Estado, magnicidio y otros caminos de la violencia”.
El 22 de julio, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, se reunió con familiares y colaboradores de Guevara, quienes le informaron sobre “su arbitraria detención y delicado estado de salud”.
“Exigimos a la dictadura de Venezuela el pleno respeto de sus derechos y su inmediata liberación”, indicó Almagro en su cuenta de Twitter.
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