En el editorial del domingo 12 de septiembre de su semanario Desde la Fe, la Arquidiócesis de México señaló que los dos fallos de esta semana de la Suprema Corte en contra de la vida y a favor del aborto “nos dejan con más dudas que certezas como humanidad y sociedad”.
El 7 de septiembre, los 10 ministros presentes en la sesión, de un total de 11, votaron a favor de declarar inconstitucionales fragmentos del Código Penal del estado de Coahuila que penalizaban el aborto y señalaban sanciones para los profesionales de la salud que lo asistan.
Apenas dos días después, el 9 de septiembre, los mismos 10 ministros de la SCJN declararon inconstitucional que la Constitución estatal de Sinaloa proteja la vida desde el momento de la concepción.
Este lunes 13 de septiembre la Suprema Corte discutirá una acción de inconstitucionalidad que busca restringir el derecho a la objeción de conciencia en la Ley General de Salud, obligando a los profesionales de la salud a participar en abortos contra su voluntad.
La Arquidiócesis de México señaló que “dejar la decisión del aborto de manera libre en la mujer embarazada, en primer lugar invisibiliza al ser humano en gestación; y en segundo, al padre de ese ser humano, que no tiene posibilidad alguna, hasta el momento, de proteger la vida de su hijo”.
“En esta resolución el hombre no cuenta, pero mucho menos el hijo”, criticó.
La Arquidiócesis dijo luego que los fallos de la Suprema Corte generan “una visión machista más fortalecida” al dejar “el problema de un embarazo inesperado a la mujer, sola, con todas las opciones abiertas para abortar, y sin opciones reales de apoyo para dar vida”.
El fallo que declara inconstitucional la protección de la vida desde la concepción en el estado de Sinaloa “niega a los legisladores locales la posibilidad de proteger al ser humano antes de nacer, es una invasión clara de facultades”.
“Pero además, hay una gran contradicción con criterios de la misma Corte, que ha permitido en otras ocasiones que los congresos locales amplíen el catálogo de derechos humanos. Se refuerza así la tendencia legal de que el ser humano que no sea autónomo, no merece la protección de la ley”.
La Arquidiócesis de México sindicó que “ante leyes que orillan a la cultura del descarte, los católicos estamos llamados a tender la mano, a ‘cristianizar’ la cultura y la sociedad, a amar al prójimo y atender con más dedicación al más vulnerable”.
“Exhortamos ahora a todos los católicos a organizarse, a aquellos que ya lo han hecho desde hace mucho tiempo, que sean benditos todos sus trabajos y frutos, y que las manos de apoyo se multipliquen”, expresó.
También alentó a que “en cada familia mexicana, que se enseñe a los hijos a respetar la vida y a buscar formar una familia que les dará la estabilidad necesaria para dar buenos frutos y seguir ayudando al prójimo”.
La Arquidiócesis pidió a Dios que “bendiga a nuestro pueblo mexicano para que podamos desterrar de nuestra cultura, la violencia, el descarte y la muerte, que en el mundo actual tienden a afianzarse tanto en lo cultural como en lo social”.
“Roguemos a Nuestra Señora de Guadalupe para que con su manto protector, cubra a cada mujer embarazada de nuestro país”, concluyó.
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